Nuestra vida emocional y personal no es una línea continua. Existen momentos puntuales que nos confrontan con verdaderas elecciones y decisiones en nuestro recorrido vital y que tienen la categoría de acontecimiento. Constituyen momentos de aparente detención pero que son necesarios y fundamentales para poder continuar adelante en el desarrollo personal.
Las crisis personales tienen lugar cuando se produce un choque entre nuestras expectativas y lo que constituye nuestros verdaderos logros, es decir, entre lo que pretendemos alcanzar y lo que verdaderamente alcanzamos. La insatisfacción personal, que es el motor de nuestra realización personal, a veces alcanza niveles tan altos que no logramos entender qué es lo que verdaderamente nos orienta en la vida.
Es muy frecuente constatar que muchas de las crisis personales acontecen en determinados momentos de nuestra vida, estando profundamente vinculadas a la esfera afectiva. La elección de pareja, consolidar dicha relación, la maternidad y la paternidad, la vida familiar, la relaciones sexuales, el declive sexual, el climaterio, los ideales de belleza, etc., la manera en cómo afrontamos estos cambios vitales está íntimamente vinculada a los ideales que marca el discurso de la época que nos toca vivir.
Los conflictos laborales, sociales, económicos y las crisis de salud son otras fuentes importantes de conflicto que pueden afectar a la salud psicológica del sujeto.
Los ideales de una época han de ser detectados, analizados y asimilados en la esfera de lo personal. De esta manera nuestra salud psicológica será la base de la salud de todo nuestro organismo.