Riesgos pisocosociales. Acoso laboral

29/08/2023

Cuando se habla de riesgos psicosociales, el acoso laboral, también conocido como mobbing, es uno de los temas más difíciles de manejar. En realidad se trata de una forma de violencia psicológica que, ejercida por compañeros de trabajo, superiores o la propia empresa, puede tener un impacto muy grave tanto en la salud física como la psicológica.

Se define como el conjunto de acciones continuadas de violencia psicológica injustificada que se realizan de forma continuada –pueden prolongarse durante meses o años– sobre una persona dentro del ámbito laboral: insultos, humillaciones, menosprecios, aislamiento, sobrecarga de trabajo, asignación de tareas no productivas e intrascendentes, horarios abusivos, etc. Ocasionalmente el acoso puede implicar la violencia física o sexual. En general, puede decirse que estas maniobras de violencia psicológica tienen un claro objetivo: lograr que la víctima sienta miedo cada vez de ir a trabajar y decida dejar la empresa de forma unilateral.

Riesgos pisocosociales. Acoso laboral

El moobing como riesgo psicosocial puede afectar a todas las áreas de la vida del trabajador que se ha convertido en víctima del acoso:

  • Impacto psicológico. Se llega a una situación de estrés postraumático, con pérdida de autoestima, depresión grave, miedo a ir a trabajar, aislamiento en el trabajo, actitudes de evitación, pensamientos de suicidio, etc.
  • Salud. Se inicia un proceso de somatización, apareciendo trastornos del sueño, problemas digestivos, migrañas, alteraciones metabólicas, caída de las defensas y propensión a contraer infecciones, etc.
  • Vida familiar. No se cuenta lo que está ocurriendo, se producen cambios de humor contantes e imprevisibles, inhibición sexual, retraimiento en la convivencia, etc.
  • Vida social. Se deja de frecuentar los amigos y se llega al punto de no salir de casa.
  • Actividad profesional. Se puede llegar a la decisión de dejar el trabajo de un día para otro, incluso sin ejercer los correspondientes derechos legales. Pero además, al encontrar un nuevo trabajo se pueden tener muchas dificultades para integrarse.
     

Perfil de la víctima

La lista de acciones propias del mobbing es muy larga. Y aún así los trabajadores que lo sufren muchas veces no son conscientes de que se han convertido en víctimas de un acoso en toda regla, llegando incluso a culparse a sí mismos por la situación. Pero incluso cuando existe la certeza de que se está siendo acosado el sentimiento de indefensión llega a ser abrumador.
¿Cómo elige sus víctimas el acosador? Hay características que se dan con frecuencia y que pueden llevar a definir un perfil de la víctima:

  • Vulnerabilidad, sea personal, familiar o social.
  • Ingenuidad.
  • Incapacidad para enfrentarse al acosador.
  • Inexperiencia.
  • Susceptibilidad de sufrir conductas discriminatorias por discapacidad física o mental, orientación sexual, etc.

Estas características definen estados de debilidad personal o lo que el acosador definiría como un blanco fácil para su violencia psicológica. Pero hay otro tipo de víctimas de moobing que no son débiles y que sufren el acoso por otras causas:

  • Haber tenido un enfrentamiento con el acosador
  • Estar considerado como uno de los mejores trabajadores de la empresa (celos o envidia).
  • Tener éxito social.
  • Haber presenciado alguna conducta irregular del acosador.
     

El acosador

El objetivo del acoso laboral es claro: intimidar al agredido, aislarlo, inhabilitarlo emocional e intelectualmente, humillarlo, aislarlo y lograr que abandone la empresa. El acosador puede ser un jefe –en solitario o con la connivencia de otros compañeros–, un compañero o incluso la propia empresa. En ocasiones el acosador canaliza en su trato a la víctima impulsos personales que a veces rallan con comportamientos psicópatas. Pero también hay que decir muchas veces tras esa violencia psicológica hay una persona que se siente insegura en relación a sus propias capacidades profesionales y sociales y que percibe a la víctima como una amenaza para él. Pero toda su conducta de acoso es planificada y la desarrolla con plena consciencia de lo que está haciendo, sin importale el daño que pueda sufrir su víctima.

Qué hacer

La denuncia es la mejor opción para resolver un acoso laboral. Y hay que hacerlo ante la dirección de la empresa y en los tribunales, pues el acoso laboral actualmente está contemplado como una figura jurídica y claramente tipificada en las leyes laborales, contemplándose los derechos personales y laborales de la víctima. Pero para poder hacerlo es imperativo disponer de pruebas: documentos, emails, grabaciones, testimonios, etc. Y ello implica ser capaz de reconocer que se está siendo víctima de un acoso laboral y tener la entereza y la fortaleza para afrontar la situación y aguantarla en tanto se reúnen las pruebas necesarias para interponer una denuncia.

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Este contenido ha sido escrito por médicos especializados de los centros y Hospitales de Sanitas.

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