Vaya por delante que, tal y como recomienda la Organización Mundial de la Salud, la mejor forma de alimentación de los recién nacidos es la lactancia materna, a pesar de que existen diferencias de criterio surgidas a raíz de los últimos estudios realizados sobre cuál debe ser la duración de la misma. No obstante, hay situaciones en que por diferentes razones este tipo de lactancia no es posible y es necesario encontrar una alternativa a la leche de la madre. En otros tiempos la única solución posible era encontrar una nodriza, pero en la medida en que se ha ido conociendo la composición de la leche materna, se han podido desarrollar fórmulas sustitutivas muy similares en composición a la materna que han permitido que el bebé pueda tener un desarrollo completamente normal.
En la actualidad existen en el mercado muchas marcas y tipos diferentes de leche artificial, a la que también se denomina maternizada. La mayoría de ellas se elaboran a partir de leche de vaca o productos de soja manipuladas de forma industrial y a la que se se añaden los nutrientes esenciales para el bebé (proteínas, grasas, minerales, vitaminas, etc.). El objetivo es que se parezca lo más posible a la leche materna, aunque la legislación vigente establece una diferenciación entre las leches destinadas a niños lactantes (generalmente hasta los 4-6 meses) y las fórmulas de continuación que son la base alimenticia nutricional en la medida en que se empiezan a introducir otros tipos de alimentos en la dieta del bebé.
¿Cuál elegir?
La elección de la leche artificial para alimentar al bebé debe hacer con el imprescindible asesoramiento del pediatra y luego mantenerse siempre la misma fórmula mientras dure la lactancia, salvo por indicación expresa de éste ante la aparición de problemas. De hecho, entre las numerosas formulaciones disponibles, hay leches especiales para problemas especiales:
- Fórmulas para niños prematuros, que tienen más dificultad para la digestión por la inmadurez del aparato digestivo.
- Fórmulas para niños alérgicos a la leche de vaca (hidrolizadas y sin leche de vaca, de soja y de arroz).
- Fórmulas para bebés con intolerancia a la lactosa.
- Leches para evitar el reflujo gastroesofágico.
- Fórmulas para combatir el estreñimiento
- Leches para evitar los cólicos.
Todas ellas son soluciones para problemas que pueden ir surgiendo a medida que el niño crece y a los que el pediatra dará respuesta cambiando el tipo de leche artificial utilizada.