La enuresis es la micción involuntaria mientras se duerme de los niños de más de cinco años y con una frecuencia de al menor una o dos veces al mes. El problema puede persistir hasta los 7 ó 10 años e incluso más allá. Pero en ningún caso hay que hacer responsable de ello al niño.
Hay que tener en cuenta que este problema de incontinencia urinaria ocurre habitualmente porque el cerebro del niño no ha aprendido a responder a la señal de que la vejiga está llena, pero también puede tener causas físicas, emocionales o deberse a cambios que se producen en el patrón de sueño. De hecho, en algunos casos puede tratarse de un síntoma asociado a algún tipo de patología, como la diabetes, alguna malformación congénita que afecta al control de la vejiga o problemas relacionados con la médula espinal.
Los niños desarrollan el control de vejiga a diferentes edades, generalmente después de haber aprendido a utilizar el baño para orinar. El niño puede haber aprendido a controlar vejiga y responder al estímulo para ir al baño, pero puede volver a mojar la coma incluso si ha estado seis meses sin hacerlo. Pero no hay que culparle ni castigarle por ello. Muy al al contrario, hay que explicarle que es algo normal y que se puede solucionar.
No hacer nada o castigar al niño son respuestas comunes a la enuresis, pero ninguna de ellas ayuda. Lo recomendable es darle seguridad al niño y explicarle que es algo normal, pero que se puede evitar. Hay que dejar claro que él no tiene la culpa.

Qué hacer ante la enuresis
El tratamiento de la enuresis implica una intervención conductual para entrenar al niño en el control de la vejiga. Para ello se pueden seguir las siguientes recomendaciones:
- Asegurarse de que vaya al baño antes de acostarse y controlar las veces que lo hace durante el día.
- También hay que controlar que durante el día no espere para ir al baño hasta no poder más. Es una manera de entrenar el reflejo de respuesta a las ganas de orinar.
- Se puede reducir, asimismo, la cantidad de líquido que ingiere en las dos horas previas a irse a dormir, aunque esto no soluciona el problema.
- Hay que felicitarle cada día que pase sin mojar la cama. En los más pequeños, puede resultar útil en tachar en un calendario todos los días que se da esta circunstancia.
- Debe ser el niño el que se ocupe de cambiar las sábanas y el pijama.
- Evitar utilizar pañales. Al no sentirse mojado puede acomodarse y la enuresis se mantendrá por más tiempo.
- No hay que despertarle en mitad de la noche para que vaya al baño a orinar.
Dispositivo de alarma
Existen dispositivos de alarma fáciles de utilizar, que se activan con la emisión de las primeras gotas de orina. Cuando esto ocurre el niño debe despertarse ir al baño para acabar de orinar, cambiarse de ropa en caso de que se haya mojado y volver a conectar la alarma cuando vuelva a acostarse. Todo esto debe hacerlo solo, aunque inicialmente con la supervisión de los padres.
Este sistema tiene una tasa de efectividad de un 70%, aunque pueden pasar varios meses antes de que el niño aprenda a controlar la vejiga y se despierte por sí solo para ir al baño cuando siente que ésta está llena. No obstante, hay que continuar usándolo algún tiempo después de que se haya resuelto el problema.
Tratamiento farmacológico de la enuresis
Si a pesar de todo el problema persiste, el pediatra puede recomendar el uso de un medicamento denominado desmopresina, que es seguro y actúa muy rápidamente, además de ser muy fácil de usar ya que se disuelve de manera inmediata al entrar en contacto con la saliva.