Un espasmo del llanto puede constituir una experiencia aterradora para los padres, porque el niño se queda inerte y sin respuesta. Existen dos formas: cianótica, la más frecuente, y pálida, pudiendo darse las dos formas en el mismo niño. Ocurre hasta en un 4% de los niños.
- Crisis cianóticas: siempre se desencadenan por una reprimenda o por una emoción del lactante. El episodio se inicia con un breve grito estridente, seguido de una espiración forzada y una apnea (ausencia de respiración). De forma rápida aparece cianosis (adquieren una coloración morada) generalizada, que en estadios avanzados se acompaña de pérdida de conciencia. El espasmo del sollozo puede repetirse al cabo de unas horas o hacerlo sólo de forma esporádica. Son muy raros por debajo de los seis meses de edad, alcanzan su máxima incidencia a los dos años, y suelen remitir antes de los cinco años. Lo más importante es mantener la calma. Algo fácil de decir pero difícil de llevar a cabo.
Conviene recordar que tienen una naturaleza benigna y que se resuelven sin complicaciones en unos segundos, por lo que no habrá que llevar a cabo ninguna maniobra de resucitación o de otro tipo que podría conllevar, por sí misma, un riesgo mayor de lesiones. Es recomendable situar al niño en la postura de decúbito supino (tumbado boca arriba) para favorecer el flujo cerebral y prevenir accidentes. Debe mantenerse la calma en todo momento, evitando golpear, gritar o zarandear al niño. Al cesar el episodio es recomendable adoptar una actitud neutra sin mostrar preocupación o enfado delante del niño -o sea, "llevar la procesión por dentro", y sin que éste perciba ninguna ventaja por haberlo experimentado.
En estos niños es especialmente importante establecer unas normas de conducta claras y coherentes, dado que, una vez que conocen sus límites, las situaciones de frustración que podrían conducir a crisis de llanto y espasmos de sollozo se reducen, como ocurre con las rabietas. Todas las personas que se ocupan del cuidado del niño deben estar advertidas de que el niño puede tener espasmos del sollozo y deben procurar comportarse con la misma calma que los padres.