La presoterapia es una técnica médica indicada para lograr un drenaje linfático en personas que presentan problemas médicos y estéticos, como alteraciones en el sistema circulatorio, piernas cansadas, arañitas vasculares, edemas, celulitis y acumulaciones de grasa.
Este drenaje linfático se realiza aplicando aire al cuerpo, y para hacerlo, es necesario que la persona se introduzca en un traje neumático dotado de un determinado número de cámaras que distribuyen presiones de aire a lo largo de las zonas del cuerpo afectadas.
El traje consta de varias partes de acuerdo a las áreas del cuerpo que se pueden tratar. Por esta razón, está compuesto de fajín (abdomen), botas (pies y piernas), brazos, glúteos, etc.
Esta técnica es muy sencilla de realizar, no es dolorosa, es eficaz, saludable y bastante económica. Además, ofrece resultados inmediatos y brinda una sensación de alivio y descanso que no hay que obviar.
La presoterapia nace en los años 60 para tratar los problemas vasculares que se derivaron de las vasectomías. Dos décadas más tarde, investigaciones médicas concluyeron que era muy efectiva para otras dolencias, como también para tratar problemas estéticos como la celulitis y las acumulaciones de grasa.
¿Cómo funciona la presoterapia?
Después de que la persona haya entrado en el traje neumático, se aplica una presión de aire de forma ascendente. Estas ondas de presión otorgan a la corriente sanguínea el impulso que necesita para un rápido retorno al corazón.
La presión de aire se aplica de forma controlada de acuerdo a cada paciente y a la parte del cuerpo que se va a tratar. Con esta técnica, se logra la sensación de un masaje con efectos de relajación y compresión suficientes para activar el sistema linfático y, con ello, la eliminación de líquidos, de toxinas, edemas, linfoedemas y trastornos venosos más conocidos como varices.
Cada sesión de presoterapia dura entre 30 y 45 minutos, y la cantidad de sesiones dependerá de los problemas médicos de cada paciente y los objetivos que se quieren lograr. En este sentido, las máquinas de presoterapia están dotadas de programas personalizados que se adaptan a las necesidades y morfología que cada paciente.
¿Cuáles son sus beneficios?
Cuando la presoterapia estimula el sistema linfático, provoca un drenaje de la linfa (fluido transparente que se produce tras el exceso de líquido que viene de los capilares hasta el espacio intercelular), eliminando así líquidos, toxinas y grasas acumuladas en el organismo.
Esta presión de aire es capaz de romper las acumulaciones de grasa localizada en piernas y glúteos, haciéndola circular con el resto de los líquidos retenidos para ser desechado por el sistema linfático. La presoterapia también se aconseja para lograr tono muscular y estimular el sistema inmunológico.
Esta técnica está indicada para los siguientes problemas médicos y estéticos:
- Tratar la retención de líquidos.
- Tratar edemas y linfoedemas, de ahí que se utilice, por ejemplo, como tratamiento rehabilitador en casos de linfedemas primarios y secundarios. Pero lo habitual es que su finalidad sea la de llevar a cabo lo que se denomina un drenaje linfático, generalmente localizado y asociado a problemas concretos.
- Estimular el sistema circulatorio y esto la hace útil en el tratamiento rehabilitador de lesiones deportivas, piernas cansadas y otros problemas circulatorios. También puede ayudar a prevenir la parición de varices y en algunos casos también reducir el riesgo de trombosis, pero, obviamente, ello implica la necesidad de continuidad del tratamiento en el tiempo.
- Tratamientos relacionados con la obesidad.
- Eliminar y reducir la celulitis, además de prevenir su futura formación.
- Eliminar toxinas y grasas del cuerpo.
Por su eficacia, también es muy efectiva en tratamientos post-operatorios que conlleven una acumulación de fluidos, como por ejemplo, la liposucción y la mastectomía. Además, ayuda a recuperar la elasticidad de la piel, facilitando la regeneración tisular y aumentando el aporte de oxígeno a los tejidos.
¿En qué casos no está recomendada la presoterapia?
Aunque la presoterapia es una técnica sencilla, no dolorosa ni invasiva y que, prácticamente no tiene contraindicaciones, hay algunos casos en los que no es recomendable aplicarla:
- Si el paciente sufre de Trombosis Venosa Profunda (TVP)
- Si presenta alguna infección o herida en la zona a tratar
- Si hay dolor o entumecimiento corporal
- Si sufre procesos infecciosos sistémicos
- En casos de enfermedades cardíacas graves, o si la persona porta un marcapasos
- Si tiene insuficiencia renal
- En caso de embarazo
- Si es un paciente oncológico
Tipos de presoterapia
Existen diferentes técnicas para realizar la presoterapia: manual, mediante masajes terapéuticos; vendajes elásticos de compresión; ventosas en las que se realiza el vacío; y dispositivos generadores de presión.
Hay que señalar que esta técnica terapéutica contempla dos maneras diferentes de ejercer la presión:
- Presión negativa. La presión se realiza hacia el exterior. Para ello se utilizan unas ventosas o campanas de cristal o goma en cuyo interior se realiza el vacío mediante un tubo de aspiración conectado a un compresor. Esta técnica se puede llevar a cabo mediante presión continua o alterna y en ocasiones se asocia con electroterapia. Hay que decir que está contraindicada en personas que han sufrido recientemente tromboflebitis o flebotrombosis, que presentan infecciones agudas o cuyos problemas de circulación se deben a un cáncer.
- Presión positiva. En este caso se ejerce una presión directa sobre la zona a tratar, bien mediante un masaje manual, un vendaje compresivo o la utilización de máquinas que se conectan a unas fundas elásticas e hinchables en las que se envuelven las piernas los brazos o el abdomen, que al hincharse, genera la compresión. Ésta puede ser fija o alternante. En medicina se utiliza para la reducción los factores de riesgo que condicionan la aparición de edemas y las subsiguientes consecuencias.