La artritis reumatoide es una enfermedad autoinmune que afecta fundamentalmente a las articulaciones, causando dolor e inflamación. Sin embargo, antes o después se pueden presentar complicaciones que interesen diferentes partes del organismo, entre ellas los ojos, pudiendo causar diferentes patologías más o menos graves: sequedad ocular, uveítis, escleritis, episcleritis, queratitis o glaucoma, siendo esta última muy grave, hasta el punto de que puede llegar a la pérdida total de la visión del ojo.
Es por esta razón que a los pacientes con artritis reumatoide se les recomienda someterse a una revisión oftalmológica en profundidad una vez al año, con el fin de poder detectar el glaucoma en sus fases más iniciales, que es cuando mejores opciones terapéuticos se tienen para controlar su evolución. La revisión implica la realización de las siguientes pruebas:
Reconocimiento Médico Avanzado
Todo lo que necesitas para mejorar tu visión y prevenir enfermedades.
- Estudio del campo visual.
- Medición de la presión intraocular (PIO).
- Fondo de ojo.
- Sensibilidad al contraste.
- Análisis de la cantidad y calidad de las lágrimas.
El objetivo es identificar cualquier cambio que se haya producido en la integridad del nervio óptico o la mácula, así como un eventual aumento de la PIO que es una de las causas más importantes de la aparición del glaucoma.
¿Porqué esta relación causa-efecto entre la artritis reumatoide y el glaucoma? Hay dos respuestas posibles. Una es que al tratarse de una enfermedad autoinmune puede atacar a cualquier tejido del organismo y, por tanto, también a los del ojo.
La otra se encuentra en los medicamentos que se utilizan para combatir la inflamación y el dolor ocasionados en las articulaciones por esta enfermedad, concretamente de corticoesteroides. Estos pueden causar la obstrucción de las mallas trabeculares que permiten que el humor vítreo que llena el interior del ojo pueda pasar del segmento posterior del ojo al anterior, lo que hace que aumenta progresivamente la PIO y dañar el nervio óptico