La bronquiolitis es una inflamación de los conductos más pequeños de los pulmones, los bronquiolos, que se acompaña con acumulación de moco. Afecta habitualmente a niños menos de dos años y en especial a los de tras a seis meses de edad, siendo causa frecuente de hospitalización.
Causas de la bronquilitis
Por lo general, la bronquiolitis es consecuencia de una infección vírica, producida en la mayoría de los casos por el virus sincicial respiratorio (VSR), aunque hay otros virus que pueden causarla. Inicialmente suele ser una infección leve con algo de fiebre, aunque a los dos o tres días el niño comienza a presentar sibilancias, tos y posteriormente problemas respiratorios, que se traducen en una respiración rápida y el movimiento continuo de las aletas de la nariz.
Si la dificultad respiratoria se agrava, se puede presentar una cianosis, de modo que la piel adquiera una coloración azulada por falta de oxígeno.

La bronquiolitis se produce con mayor frecuencia en otoño e invierno y hay que tener en cuenta que existen factores que predisponen a este tipo de infección:
- Haber nacido prematuramente, pues el sistema inmunológico no está suficientemente desarrollado.
- Ser menor de seis meses de edad.
- No alimentarse con lactancia materna.
- Vivir en condiciones de hacinamiento.
- Que algún familiar tenga una infección respiratoria.
- Exposición al humo del tabaco.
Tratamiento de la bronquilitis
Lo primero que hay que señalar es que los antibióticos no son efectivos frente a la infección que origina la bronquiolitis, ya que está causada por virus y no por bacterias. Aunque en ocasiones esta enfermedad no necesita tratamiento, aunque se pueden adoptar una serie de medidas que contribuyan a mejorar su estado general:
- Mucho reposo.
- Ingerir mucho líquido (en los lactantes leche materna o artificial).
- Utilizar un humidificador para aumentar la humedad del aire de la habitación.
- No fumar en casa.
Si persisten y se agravan las dificultades respiratorias del niño, puede ser precisa su hospitalización para ayudarle a respirar con oxígeno y aplicarle líquidos por vía intravenosa. En los casos más graves de bronquiolitis puede ser necesario un tratamiento con fármacos antivirales.