Popularmente el término infarto se relaciona directamente con el infarto agudo de miocardio. Sin embargo, en términos generales, el infarto es la muerte celular que se produce en el tejido de un órgano o músculo concreto a causa de la falta de sangre y, como consecuencia de oxígeno.
Lo habitual es que se origine por la obstrucción de las arterias que llevan la sangre hasta el tejido afectado, bien por la presencia de una placa de ateroma (ateroesclerosis), porque la ha obstruido un trombo (trombosis o embolia), porque un tumor la está presionando hasta el punto de cerrarla o por la existencia de una hernia o torsión de un órgano.
Los tipos de infarto más frecuentes son:
- Infarto agudo de miocardio.
- Infarto cerebral.
- Infarto pulmonar.
- Infarto renal.
- Infarto intestinal mesentérico.
Obviamente, tanto los síntomas como el tratamiento del infarto dependerán del órgano o músculo en el que se ha producido, así como de la causa que lo ha provocado.