Factores de riesgo
Este tipo de cáncer afecta más a los hombres que a las mujeres, de hecho, el 75 % de los casos diagnosticados es en varones, por lo que el sexo es un indicador de riesgo. Al igual que la edad, debido a que afecta más a personas mayores de 40 años. Pero existen otros factores de riesgo externos, como puede ser:
- Consumo de alcohol y tabaco: el consumo de sustancias tóxicas es uno de los principales factores de riesgo para presentar un cáncer de la cavidad oral, y si se toman ambas, este se multiplica.
- Virus del papiloma humano (VPH): cada vez es mayor el riesgo de infección, en la boca, por las verrugas genitales al practicarse sexo oral.
- Exposición al sol: la aparición de tumores malignos en los labios tiene una relación directa con la falta de protección utilizada cuando se está expuesto de manera habitual al sol.
- Fricción continuada: cuando existen objetos dentro de la cavidad oral como pueden ser prótesis mal ajustadas o dientes con bordes afilados, que rozan de manera habitual la boca, favorecen la aparición de tumores.
La mayoría de los factores de riesgo del cáncer de la cavidad oral son controlables si se realizan medidas preventivas como pueden ser: abandonar el hábito del tabaco y el consumo de alcohol, mejorar la higiene bucal, llevar una dieta equilibrada rica en fruta y fibra, proteger los labios del sol y acudir de forma regular al odontólogo.
Síntomas del cáncer oral
Este tipo de cáncer tiene una sintomatología variada en función de la zona donde se produzca. Por lo general, como se encuentra en una zona visible para el paciente, se suele detectar en sus primeras fases, aunque suele ser indoloro en un inicio.
Uno de los primeros signos evidentes de la presencia del tumor es la aparición de una lesión o úlcera en cualquier zona de la boca que tiene una coloración pálida u oscura. Su apariencia puede ser manchas planas o con cierta elevación que crecen en profundidad. Inicialmente no causa molestias, pero cuando el cáncer avanza produce dolor y sensación de quemazón.
Otros de los signos que hacen sospechar su presencia son los problemas para masticar, ocasionando dolor tanto en la boca como en la garganta al tragar. Como consecuencia, habitualmente se pierde peso y se cambian los hábitos alimentarios.
También es normal que se tenga dificultad para hablar, pudiendo llegar a perder la funcionalidad, sobre todo cuando el cáncer aparece en la faringe. Así como la localización de un bulto en la zona del cuello y dolor de oídos.
Cuando el cáncer se presenta en los labios debido al tabaco, suele aparecer en la zona donde habitualmente se coloca la pipa o el cigarrillo, una mancha marrón, plana y pecosa.,
Diagnóstico y tratamiento del cáncer oral
Este tipo de cáncer ser extiende con facilidad hacia otras zonas del cuerpo, por lo que es importante detectarlo a tiempo. Cuando se realiza una revisión habitual de la boca o bien se sospecha de la aparición de un tumor, el médico primero extraerá una muestra de tejido para determinar si existen células cancerosas. Una vez confirmada la presencia del carcinoma se deberá realizar pruebas de imagen -tomografía computarizada (TC), resonancia magnética (RM) o tomografía por emisión de positrones (PET)- para evaluar el alcance de la lesión y si se ha extendido hacia otras estructuras cercanas.
Si se detecta en su fase inicial, la cirugía es el tratamiento más indicado, en combinación con radioterapia y quimioterapia. Sin embargo, deja de serlo en el momento en que se produce la afectación de los ganglios del cuello. La terapia se puede completar con fisioterapia y logopedia, dirigidas a recuperar la funcionalidad de la boca.
Si el diagnóstico es precoz, el índice de curación es muy elevado (90 %). No así si se produce en fases avanzadas, aunque la mitad de los pacientes tienen una esperanza de vida superior a los cinco años. El problema es que la mayoría de este tipo de cáncer se detecta cuando ya se ha extendido a la garganta y el cuello.