El cáncer colorrectal es el que afecta al colon y al recto, constituyentes de la parte final del intestino. Más del 95% de los estos tumores son adenocarcinomas, es decir, que se originan en la parte interna de la pared del colon y recto, aunque también pueden ser de otro tipo. Hay que señalar que este tipo de cáncer es el de mayor mortalidad después del cáncer de pulmón.
Existen factores de riesgo que favorecen la aparición de este tipo de cáncer:
- Haber tenido enfermedades como pólipos, enfermedad de Crohn o colitis ulcerosa.
- Una dieta rica en grasas y pobre en verduras y fruta.
- Ausencia de ejercicio físico.
- Obesidad.
- Tabaco.
- Factores genéticos (aproximadamente en un 10% de los casos puede tratarse de un cáncer hereditario).
En general, el cáncer colorrectal solo presenta síntomas cuando está avanzado y pueden deberse al tumor primario o a la existencia de metástasis. En relación al tumor destacan los cambios frecuentes en los hábitos de deposición, como estreñimiento, diarrea o ritmo alternante; presencia de moco y/o sangre en las heces; dolor abdominal; náuseas y vómitos; y adelgazamiento no justificado.
Solo los pacientes en los que se ha realizado un diagnóstico precoz no presentan síntomas. Las recomendaciones sanitarias establecen un análisis de heces periódico a partir de los 50 años para detectar la presencia de sangre en las heces, como medio de obtener un diagnóstico precoz del cáncer colorrectal, aunque también se puede obtener mediante la realización de una colonoscopia. La detección del cáncer colorrectal en fase inicial permite que las posibilidades de supervivencia sean muy elevadas.
Si el cáncer se ha detectado en su fase inicial, la cirugía tendrá un objetivo curativo mediante la extirpación completa del tumor. No obstante, también se somete al paciente a intervenciones quirúrgicas con el fin de mejorar la sintomatología ocasionada por el cáncer, aun cuando no exista la posibilidad de eliminar la enfermedad, bien porque se ha extendido a tejidos adyacentes o por la existencia de metástasis en otros lugares del organismo. En ocasiones también se recurre al tratamiento con quimioterapia y radioterapia antes de la intervención. Y en todos los casos con posterioridad a la misma.