Durante sus primeros meses de vida el bebé se está adaptando a un nuevo entorno y, al principio, se sentirá desprotegido fuera del vientre materno. Para conseguir que se sienta seguro y se adapte con rapidez a su nuevo medio es muy importante que los padres estimulen sus sentidos.
Con el paso del tiempo, fijará la mirada y será capaz de sostener la cabeza por sí sólo. Su naturaleza curiosa le llevará a querer descubrir un mundo que, para él, es completamente nuevo.
Vista
El recién nacido es capaz de fijar la vista desde el primer día, busca la luz y parpadea. Sólo puede ver en una escala de blancos, negros y grises. A las tres o cuatro semanas observa la cara de su madre y puede ver un juguete que le acerquen a la línea media de visión, a una distancia de unos 20 cm. A las seis semanas sigue el movimiento de las personas con la mirada. A las ocho semanas sigue un juguete en movimiento más allá de la línea media. A las doce semanas le sigue hasta el otro lado. Es capaz de enfocar con la mirada los objetos más cercanos hacia las ocho semanas y a los dos años puede ver igual que un adulto.
La visión de color se desarrolla entre los 4 y 6 meses.
Oído
El sentido de la audición comienza antes del nacimiento, ya en el vientre materno. Cuando el bebé nace, este sentido está completamente maduro. A las cuatro semanas puede volver la cabeza hacia el foco de un sonido. A los ocho meses responde cuando le llaman, girando la cabeza hacia el lugar donde ha oído el sonido. Entre los nueve y diez meses entiende el significado de algunas palabras.