Los cuidados que recibe el bebé desde el nacimiento son fundamentales para su desarrollo integral como persona. Tanto el padre como la madre, con su actitud, van a influir en la calidad de ese desarrollo.
Algunos bebés son tranquilos y apacibles y se acomodan con facilidad a las nuevas situaciones. Otros, en cambio, son más inquietos en su comportamiento y menos regulares en sus hábitos: duermen menos, sus deposiciones no tienen un ritmo regular, son más nerviosos, lloran con facilidad, etc. Todo esto es normal.
El sentido común de los padres ayudará a atenderle de la manera más adecuada y a buscar soluciones a los problemas cotidianos.
Características de los bebés en la primera semana de vida
- Es posible que en algún momento tenga regurgitaciones (pequeñas bocanadas de leche), con más frecuencia tras la toma, aunque en algunos casos pueda suceder pasado cierto tiempo. Se debe a que durante la lactancia se ingiere aire que, al expulsarlo, puede acompañarse de parte del contenido del estómago que está distendido. Si vomita se deberá consulta al pediatra.
- Por el paso de hormonas maternas a través de la placenta, los pechos del recién nacido suelen aumentar ligeramente de tamaño a los 3-4 días de vida y en algunos casos pueden llegar a producir unas gotitas de leche. Esto ocurre tanto en varones como en mujeres, pero desaparece tan pronto como el niño metaboliza dichas hormonas. No se deben, en ningún caso, exprimir o apretar para tratar de sacar la leche, ya que se pueden producir infecciones.
- También por el paso de hormonas maternas las recién nacidas pueden tener flujo vaginal durante los primeros días de vida y, en algún caso, hasta una menstruación, que pueden presentarse entre el 3º y 7º días de vida. Ambos hechos no tienen importancia.
- A veces parece en el cuero cabelludo una descamación denominada “costra láctea”, que desaparece al dar aceite o vaselina. Esta costra es más frecuente en lactantes que en el recién nacido.