La costra láctea es una afección cutánea muy común durante los primeros meses de vida del bebé. Aunque su aspecto puede generar preocupación, se trata de una alteración benigna que no provoca molestias y suele resolverse de forma espontánea.
¿Qué es la costra láctea?
La costra láctea, también llamada dermatitis seborreica infantil, es una descamación del cuero cabelludo que aparece en recién nacidos y bebés menores de 3 meses. Se manifiesta con placas o escamas blanco-amarillentas adheridas a la piel, sin causar picor ni dolor.
No está relacionada con la leche ni con la higiene, pese a su nombre. “Láctea” hace referencia a la etapa en la que suele aparecer.
¿Por qué aparece?
Aunque no se conoce su causa exacta, hay factores involucrados:
- La actividad hormonal materna residual puede estimular las glándulas sebáceas del bebé.
- La sobreproducción de sebo facilita que se acumulen células muertas.
- Una de las hipótesis apunta a la presencia de hongos como Malassezia según estudios del NCBI.
No es una infección, no es contagiosa y no está causada por una mala higiene.
¿Cómo se presenta?
- Escamas blancas o amarillentas, de aspecto graso.
- Zonas del cuero cabelludo con leve enrojecimiento.
- A veces se extiende a cejas, orejas o zona del pañal.
Generalmente no causa molestias ni requiere intervención médica inmediata.
¿Cómo se diferencia de otras afecciones?
Es clave diferenciarla de:
- La dermatitis atópica, que suele presentar picor, rojez y distribución en pliegues o mejillas, como se explica en este contenido sobre eczemas.
- Infecciones como tiña, que provocan inflamación y caída del pelo.
- Psoriasis, que presenta placas más definidas y descamación más severa.
¿Cuándo acudir al pediatra?
Consulta médica si:
- Las placas se extienden fuera del cuero cabelludo.
- Hay enrojecimiento intenso, mal olor o supuración.
- El bebé parece molesto, se rasca o no mejora tras semanas de cuidados.
Cuidados recomendados para la costra láctea
La costra láctea no requiere tratamientos agresivos. Con una higiene suave y regular, suele resolverse sola.
- Lava el cuero cabelludo con champú específico para bebés dos o tres veces por semana.
- Aplica aceites naturales antes del baño (almendras dulces, vaselina) para facilitar la eliminación de escamas.
- Usa un cepillo de cerdas blandas tras el lavado, sin forzar ni rascar.
- Evita productos perfumados o con alcohol, que pueden irritar.
- Seca bien la zona y mantén la piel hidratada si está reseca.
En casos persistentes, el pediatra puede indicar champús específicos o tratamientos suaves.
¿Cuánto dura?
La costra láctea suele desaparecer espontáneamente antes de los 6–12 meses. En ocasiones, puede reaparecer de forma leve en el primer año, sin complicaciones.
¿Puede prevenirse?
No hay una forma específica de prevenirla. Sin embargo:
Mantener una higiene regular, evitar productos irritantes y usar hidratantes suaves puede minimizar su aparición o extensión.
Un proceso benigno y transitorio
Aunque puede ser llamativa, la costra láctea es inofensiva. La clave está en conocer su curso natural, aplicar cuidados suaves y acudir al pediatra si surgen dudas.
Como señala la Academia Americana de Dermatología, se trata de un proceso frecuente que no suele requerir más que observación y cuidados básicos.