Descripción
La contusión es una lesión producida por la acción de una fuerza mecánica externa que no llega a romper la piel, pero produce magulladuras o aplastamientos. Las contusiones se clasifican en función de su importancia:
- Contusión simple. Provoca un enrojecimiento de la piel sin mayores consecuencias. Por ejemplo, una bofetada.
- Contusión en primer grado(equimosis). Es la rotura de los pequeños vasos capilares de la epidermis. Sobre la piel aparecen pequeños acúmulos de sangre rojizos.
- Contusión en segundo grado (hematoma). Se da cuando la sangre, extravasada en mayor cantidad, se acumula en el tejido celular subcutáneo y hay inflamación importante del tejido adyacente, como en el caso de los chichones.
- Contusión en tercer grado. Implica la muerte de los tejidos profundos de la piel por falta de aporte nutritivo.
Causas
Tal y como se indica en la descripción, la contusión suele producirse cuando el cuerpo recibe un impacto o bien se golpea con un objeto externo.
Tratamiento Profesional
La primera medida de seguridad es inmovilizar la zona de la herida y elevarla para evitar los acúmulos de sangre.
Conviene aplicar frío local para conseguir el cierre de los vasos sanguíneos y la anestesia local por congelación de las terminaciones nerviosas del dolor.
Los hematomas no deben ni abrirse ni pincharse en ningún caso. Si no existe riesgo de fractura, el mecanismo normal de regeneración del cuerpo los hará desaparecer en el lapso de una semana.
En caso de dolor se puede tomar paracetamol o ibuprofeno, pero se debe evitar la aspirina, ya que este medicamento facilita la circulación sanguínea y puede hacer aumentar la pequeña hemorragia.
Si el hematoma no desaparece, produce un dolor continuado o se debe a un impacto muy fuerte, deberá ser valorado por el personal facultativo ya que puede ocultar lesiones internas más importantes.
Información supervisada por el Dr. Manuel Vilches, Director Médico de Corporate de Sanitas.
Prevención
· Evitar los golpes fortuitos tanto en el entrenamiento como en el juego.
· Utilizar los protectores reglamentarios en aquellas partes del cuerpo más susceptibles de recibir golpes.