Hasta no hace mucho era habitual la extracción de las muelas del juicio, también llamadas cordales, aun cuando no presentaban problemas para la salud bucodental. Era una acción preventiva con la que se trataban de evitar futuros problemas. Sin embargo, en la actualidad la situación ha cambiado y la recomendación de los expertos es la de realizar la extracción únicamente si estas piezas dentales tienen o causan algún problema algún problema.
Hay que tener en cuenta que la extracción de las muelas del juicio es una acción quirúrgica y, por tanto, conlleva sus riesgos y complicaciones en el postoperatorio; más aún dada su posición en el extremo posterior del hueso malar, que dificulta su extracción, y la posibilidad de tocar y dañar el nervio trigémino. La inflamación suele ser la complicación más frecuente tras la extracción de las muelas del juicio.
La extracción una muela del juicio sólo se deben realizar en las siguientes situaciones:
- Dificultad de erupción: un 72% de la población tiene al menos una de las muelas del juicio del arco inferior que presenta dificultades para su erupción, y un 45% en el caso de las superiores.
- Si se producen infecciones de forma repetitiva.
- Dolor: si las muelas del juicio no tienen mucho espacio salen en posición inadecuada y causan dolor.
- Presencia de quistes.
- Posibilidad de que causen algún daño al segundo molar.
- Si interfieren con la colocación de prótesis o la realización de una ortodoncia.