El cáncer de hígado en España supone el 0,9% del total de tumores que se producen anualmente, siendo su incidencia tres veces mayor en los hombres que en las mujeres. En el 80-90% de los casos se trata de un hepatocarcinoma, mientras que el resto se divide en otros tres tipos diferentes: angiosarcoma, hepatoblastoma y colangiocarcinoma.
Causas del cáncer de hígado
Independientemente de que el hígado supone junto al pulmón el principal foco de metástasis en todos los tipos de cáncer, existes fundamentalmente dos factores de riesgo que erigen como su principal causa:
- Consumo de alcohol.
- Infecciones víricas: hepatitis B y C.
La evolución de ambas patologías puede llevar al desarrollo de una cirrosis, lo que supone la formación de tejido cicatricial que sustituye a las células hepáticas dañadas y como consecuencia, a la formación de tumores. De hecho, la cirrosis es la antesala de la gran mayoría de los hepatocarcinomas.
No obstante se han identificado otros factores de riesgo que, aunque son mucho menos frecuentes que los anteriores, también deben tenerse en consideración:
- Hemocromatosis.
- Desnutrición.
- Exposición al polvo de cloruro de vinilo.
- Diabetes.
Lo más importante es que las principales causas del cáncer de hígado permiten estrategias eficaces de prevención:
- No consumir alcohol.
- Vacunarse de la hepatitis B.
- Evitar la adquisición de la hepatitis C, no compartiendo jeringuillas.
- Mantener relaciones sexuales con protección (uso de preservativo) en relaciones esporádicas o con personas infectadas.
- Seguir el tratamiento contra las hepatitis B y C, cuando se está infectado; ya que en el primer caso se puede curar y en el segundo con los nuevos tratamientos disponibles se puede, como poco, mantenerla asintomática en un número importante de casos, evitando así su progresión a cirrosis.
Síntomas del cáncer de hígado
Los síntomas suelen aparecer cuando la enfermedad está muy avanzada y pueden ser muy diversos:
- Fatiga.
- Debilidad.
- Pérdida de peso no justificada.
- Inflamación apreciable de la parte superior-derecha del abdomen.
- Pérdida del apetito.
- Ictericia.
- Fiebre.
- Dolor abdominal.
- Náuseas y vómitos.
- Picor generalizado de la piel.
- Agravamiento de los síntomas de cirrosis.
Tratamiento del cáncer de hígado
Como en todos los tipos de tumores, el tratamiento del cáncer hepático dependerá del grado de evolución y la clasificación, muy compleja, del mismo. Así, cuando se encuentra en fases iniciales, la cirugía constituye la mejor opción, con el objetivo de extirpar la totalidad del tumor, por supuesto, dejando siempre márgenes libres de enfermedad. En pacientes menores de 65 años también cabe la posibilidad de proceder a un trasplante hepático, aunque siempre teniendo en cuenta las importantes complicaciones que puede conllevar.
Cuando no es posible ni la cirugía ni el trasplante con fines curativos existe la opción de realizar lo que se denomina tratamiento percutáneo, bien mediante la inyección de etanol guiada por ecografía directamente sobre el tumor; criocirugía, por la que se procede a la destrucción del tumor por congelación; coagulación por microondas y ablación por radiofrecuencia (en ambos casos el tumor se destruye por calor).
En los estadios más avanzados se procede al tratamiento de quimioterapia, aunque siempre con fines paliativos y no curativos. En ocasiones también se utiliza como paso previo al trasplante hepático.
La radioterapia no tiene utilidad en el cáncer de hígado.
