Limpieza dental

Una limpieza dental es un procedimiento de higiene que realiza el dentista o el higienista dental en consulta con el objetivo de eliminar la placa bacteriana, el sarro y las manchas superficiales. 

Es un tratamiento completamente seguro y no invasivo, que ayuda a prevenir enfermedades como la gingivitis o la periodontitis. Además, mejora el aspecto de los dientes, ya que elimina las manchas provocadas por café, tabaco o vino. 

Se recomienda hacer una limpieza dental al menos una vez al año, aunque en algunos casos puede ser necesario repetirla cada seis meses.  

El dentista valorará tu caso y te indicará la frecuencia más adecuada según tu salud bucodental. 

Ten en cuenta, que puede que necesites una limpieza antes si: 

• Te sangran las encías al cepillarte. 
• Ves manchas en los dientes que no desaparecen con el cepillado. 
• Tienes halitosis, mal aliento, persistente. 
• Sientes los dientes más sensibles de lo normal. 
• Llevas ortodoncia o implantes, lo que dificulta la limpieza en casa. 

La duración depende de la cantidad de sarro acumulado, pero en general suele durar entre 30 y 45 minutos. En casos más complejos, puede ser necesario dividir el tratamiento en varias sesiones. 

Es un procedimiento que no requiere anestesia, aunque si el paciente tiene sensibilidad o molestias, el profesional puede aplicar geles desensibilizantes o anestesia local. 

Realizar limpiezas dentales de forma periódica tiene múltiples beneficios. Además, es una excelente forma de cuidar tu sonrisa y evitar tratamientos más complejos en el futuro. 

• Elimina el sarro y la placa que no se quitan con el cepillado diario. 
• Previene enfermedades como la gingivitis o la periodontitis. 
• Refuerza la salud de las encías. 
• Mejora el aspecto de los dientes, eliminando manchas. 
• Ayuda a mantener un aliento fresco. 
• Reduce la sensibilidad dental a largo plazo mejorando la salud de los dientes y las encías  
• Facilita el diagnóstico precoz de otros problemas bucodentales.