La masturbación es la obtención de placer sexual mediante la autoestimulación de los órganos genitales. Es el recurso más seguro -sin riesgo de embarazo ni de enfermedades de transmisión sexual- y adecuado para lograrlo cuando no se tiene la posibilidad de mantener relaciones sexuales de pareja, pero también constituye una excelente manera de descubrir y a prender a conocer la propia sexualidad.
Lejos de ser considerado como una práctica propia de adolescentes, la masturbación debe formar parte de la vida sexual a cualquier edad.
Además, la masturbación, al igual que la práctica del sexo en pareja, ofrece numerosos beneficios para la salud, tanto física como mental, que van más allá de la liberación de la tensión sexual acumulada por la ausencia de relaciones, aportando buen humor e independencia emocional:
- Facilita la conciliación y el aprovechamiento del sueño.
- La secreción de endorfinas que genera proporciona sensación de tranquilidad y bienestar, reduciendo el estrés.
- La de adrenalina mejora la actividad cardiaca y el riego sanguíneo.
- La de serotonina y dopamina ayuda a evitar la depresión.
- En la mujer también reduce el malestar generado por la menstruación.
Quizás por todo ello la masturbación forma parte del tratamiento de determinadas disfunciones sexuales, como la anorgasmia o la eyaculación precoz, con el objetivo de aprender a conocer la propia sexualidad y la mejor manera de estimularse para llegar al orgasmo o, en el caso de los hombres, aprender a controlar la eyaculación.