Aunque no deja de ser un tema controvertido, la obesidad se relaciona cada vez más con los problemas de fertilidad de los hombres, siempre en relación a la calidad seminal. Y, de hecho, ha pasado a engrosar la lista de factores de riesgo de infertilidad masculina, junto al tabaco, el alcohol, el consumo de drogas, la exposición a agentes tóxicos, algunas enfermedades o el tratamiento con determinados medicamentos.
Sin embargo, lo único que se ha demostrado hasta el momento es que el sobrepeso (definido por un índice de masa corporal (IMC) superior a 25) y el perímetro de cintura se relacionan directamente con un menor volumen seminal y una menor concentración de espermatozoides. Pero no se han obtenido evidencias concluyentes de cómo afecta a la motilidad y la morfología de los mismos.
Lo cierto es que el semen de los varones obesos tienen una menor presencia de testosterona y otras hormonas que los que no tienen sobrepeso, lo que se puede relacionar con una función testicular disminuida (hipogonadismo) que afectaría negativamente a los parámetros que determinan la fertilidad masculina: concentración, motilidad, morfología y fragmentación del ADN.
Un estudio realizado en la Universidad de Stanford en el que se analizó el semen de los varones de 468 parejas que querían tener un hijo ha permitido determinar que el IMC y el perímetro de la cintura influyen negativamente en el volumen de eyaculación y en el número de espermatozoides por mililitro de semen. Los hombres con una cintura de más de 100 centímetros tenían un volumen seminal un 22% inferior al que presentaban aquéllos con un perímetro normal, del mismo modo que en los que tenían obesidad mórbida éste era, por término medio de 2,8 mililitros, frente a los 3,3 de los peso normal.
Sin embargo, por sí solos estos datos no dicen mucho, ya que se considera normal un volumen seminal de entre 1,5 y 5 mililitros. Además, este estudio no ha detectado ninguna relación entre el IMC y el perímetro de cintura con una mayor o menor concentración espermática, una vitalidad reducida de los espermatozoides o un incremento de espermatozoides mal formados.
De hecho, algunos de los hombres incluidos en el estudio ya habían tenido al menos un hijo previamente. A modo de conclusión, por tanto, únicamente pude asegurarse que la obesidad puede influir en el grado de fertilidad masculina, pero no llega a establecer una relación causa-efecto entre el exceso de peso y la infertilidad.