La demencia vascular provoca una disminución de las habilidades cognitivas debido a que en el cerebro se produce una reducción del riego sanguíneo. Es la segunda causa más común de demencia. En este artículo te explicamos en qué consiste, qué tipos de demencia vascular existen, cuáles son los síntomas más comunes, cómo se diagnostica y qué se puede hacer para prevenirla.
Origen de la demencia
La demencia de peor pronóstico es aquella causada por enfermedades neurodegenerativas, como es el caso de la enfermedad de Alzheimer, los cuerpos de Lewy o la enfermedad de Pick. Estas enfermedades evolucionan lentamente, incapacitan totalmente a la persona que la sufre y llevan invariablemente al fallecimiento del paciente. En la enfermedad de Alzheimer el tratamiento farmacológico puede permitir que la progresión sea más lenta, pero no curarla. En las otras dos, no hay tratamiento específico.
En el caso de la demencia vascular, el pronóstico dependerá de la intensidad del ictus y de que no se produzcan nuevos accidentes cerebrovasculares. La pérdida de memoria, las alteraciones del lenguaje y la parálisis lateral pueden llegar a revertirse, pero pueden durar mucho tiempo e incluso no recuperarse del todo.
En otros casos, como la demencia causada por déficit de vitamina B12 o por hidrocefalia, el tratamiento temprano puede llevar a la recuperación total de la memoria.
Qué es la demencia vascular, causas y qué tipos hay
La demencia vascular es un término que se emplea para denominar una disminución de las habilidades cognitivas (razonamiento, planificación, juicio, memoria y otros procesos mentales) que la persona sufre debido a una reducción en el cerebro del riego sanguíneo.
El cerebro posee una de las redes más ricas de vasos sanguíneos. Las células cerebrales para estar sanas y funcionar correctamente necesitan un suministro constante de sangre, de la que obtienen oxígeno y nutrientes. Si el sistema vascular del cerebro se daña, provocando que los vasos sanguíneos tengan fugas o se bloqueen, la sangre no llega a las células y éstas, finalmente, mueren. Si el suministro de sangre se interrumpe durante más de unos minutos, el accidente cerebrovascular provocará la muerte de esa área del tejido cerebral.
La demencia vascular es la segunda causa más común de demencia y se estima que entre el 5% y el 10% de las personas sufren esta enfermedad.
Sin embargo, a veces, estos cambios vasculares coexisten con otras alteraciones producidas por otro tipo de demencia, como el alzhéimer o la demencia por cuerpos de Lewy. Cuando la persona sufre más de un tipo de demencia, se dice que tiene una demencia mixta. La enfermedad de Alzheimer y la demencia vascular es el tipo de demencia mixta más común.
Tipos de demencia vascular
Existen diferentes tipos de demencia vascular en función del daño cerebral y de dónde se haya producido la lesión. Según esta clasificación, la demencia vascular puede generarse después de sufrir:
- Multi-infartos en las regiones corticales (la parte externa del cerebro, también denominada la materia gris) y subcorticales (parte interna del cerebro).
- Tras sufrir un único infarto cerebral estratégicamente localizado.
- Encefalopatía subcortical de Binswanger.
- La enfermedad de CADASIL.
- Demencia vascular producida por un multi-infarto en la región cortical y subcortical
Es el tipo más común de demencia vascular. Se caracteriza por aparecer de forma gradual. La persona sufre una serie de pequeños accidentes, en los que se produce un déficit sanguíneo, que van a terminar provocando una acumulación de infartos en el cerebro, lo que desembocará en una demencia.
El paciente puede sufrir trastornos en la marcha, disfunción motora en un lado del cuerpo (hemiparesia), los músculos se ponen tensos y rígidos (espasticidad) y tiene problemas con la vista.
Entre otras manifestaciones, también se encuentran la dificultad para identificar un objeto utilizando los sentidos (agnosia). Por ejemplo, no reconoce un teléfono cuando suena o los sabores cuando come. O es incapaz de realizar las actividades básicas de la vida diaria (apraxia), como vestirse, porque no distingue el derecho del revés, no sabe seleccionar la ropa adecuada o seguir la secuencia de pasos que hay que llevar a cabo para ponérsela. Puede experimentar problemas para comunicarse o para tragar (síndrome pseudo bulbar).
En este tipo de demencia, los accidentes isquémicos ocurren, generalmente, de forma bilateral en varias partes del cerebro, como el tálamo y la corteza frontal y temporal.
- Infarto cerebral estratégicamente localizado
Este tipo de accidente se suele producir en la zona del cerebro en que se encuentra el tálamo (pequeña estructura situada dentro del cerebro y que ayuda a procesar la información que llega de los sentidos), especialmente en el hemisferio cerebral izquierdo (una de las dos partes principales en las que se divide el cerebro, responsable, en general, del lenguaje y del habla).
Cuando se dan este tipo de lesiones, la demencia es menos frecuente y menos marcada que la producida por un multi-infarto. En general, las lesiones que se producen en el hemisferio izquierdo provocan menos daño que las que tienen lugar en el hemisferio derecho. El daño producido variará dependiendo del área afectada, el volumen y la capacidad del cerebro para reponerse del accidente.
Si la lesión se produce en la región cortical (parte externa del cerebro), las alteraciones más comunes son la incapacidad o dificultad para escribir, la incapacidad o dificultad para el cálculo, la incapacidad para reconocer la izquierda o la derecha y la incapacidad para distinguir los dedos de una mano. La persona podría desarrollar demencia tras sufrir un único episodio.
Si la región afectada es el área subcortical (parte interna del cerebro), el paciente podría sufrir somnolencia, apatía, enlentecimiento del pensamiento (bradipsiquia) y pérdida de iniciativa.
- Encefalopatía subcortical de Binswanger
Se caracteriza por estar provocada por infartos lacunares, es decir, pequeños infartos que se producen en la sustancia blanca del cerebro. Este tipo de accidentes afecta a las funciones constructivas, es decir, a la capacidad para dibujar o realizar construcciones bidimensionales o tridimensionales. En estos casos, la memoria del paciente puede no verse muy afectada. Posteriormente, sí se deteriorará, al igual que el lenguaje y las funciones visuales-espaciales.
Otros síntomas característicos, suelen ser la apatía y la abulia (falta de motivación). A veces, el paciente también se muestra irritable y agitado. Estos periodos se alternan con otros en los que disminuye el nivel de consciencia y aumenta la somnolencia.
La persona también sufre episodios de deterioro agudo con recuperaciones parciales y una lenta progresión a la demencia.
Otro rasgo diferencial es la alteración de la marcha. El paciente presenta una forma de caminar similar a la que muestran los pacientes con parkinson o también con pequeños pasos.
- La enfermedad de CADASIL (Arteriopatía cerebral autosómica dominante con infartos subcorticales y leucoencefalopatía)
Esta enfermedad tiene una base genética. Se cree que la causa está provocada por las mutaciones R1031C y C455R en el gen Notch3. Se produce tras sufrir accidentes isquémicos transitorios en los pequeños vasos que irrigan la región cortical y subcortical del cerebro.
La enfermedad se caracteriza, al principio, por presentar episodios de migrañas con aura, alteraciones del humor, de la motivación, el lenguaje y el sueño (la persona tiene menos necesidad de dormir). El paciente también puede mostrarse ansioso o depresivo. Este tipo de demencia se presenta a una edad temprana.
Síntomas de la falta de riego sanguíneo en el cerebro
Los síntomas asociados a la demencia vascular varían en función de la parte del cerebro que resulte afectada por la disminución del riego sanguíneo. Enumeramos algunos de los síntomas más comunes:
- Desorientación
- Confusión
- Dificultad para hablar y para comprender
- Dificultad para prestar atención y concentrarse
- Dificultad para organizar los pensamientos y las acciones
- Problemas a la hora de analizar una situación, diseñar un plan para afrontarlo y para comunicárselo a los demás
- Dificultad para decidir qué hay hacer en cada momento
- Problemas de memoria
- Agitación
- Marcha inestable
- Deseo repentino y frecuente de orinar. Incontinencia urinaria
- Síntomas típicos de un accidente cerebrovascular, como un dolor de cabeza repentino e intenso
- Entumecimiento o parálisis de un lado de la cara o del cuerpo
- Dificultad para caminar
- Problemas para mantener el equilibrio
- Depresión o apatía
Si se compara con la evolución de la enfermedad de Alzheimer, en este tipo de demencia la pérdida de memoria, en general, no predomina tanto y el inicio de la enfermedad suele ser más brusco.
Cuando se produce un infarto en la corteza cerebral, el deterioro afecta, sobre todo, al lenguaje, al cálculo, la memoria, la apraxia (incapacidad para realizar tareas que requieren recordar patrones o secuencias de movimientos) y la agnosia (impide que la persona procese correctamente las sensaciones que obtiene a través de los sentidos).
Pero si el daño es más difuso, al ser producido por pequeños infartos cerebrales, la enfermedad se manifiesta, fundamentalmente, con lentitud en las ideas, falta de atención y dificultad para llevar a cabo funciones ejecutivas (funciones cognitivas que nos permiten planificar y programar actividades).
En la demencia vascular también pueden aparecer alteraciones de conducta, predominando la apatía. Durante su desarrollo, un paciente puede permanecer estable durante un periodo y, luego, empeorar, o alternar periodos en los que permanece estable y, de repente, empeorar.
Cómo se trata la demencia vascular por falta de riego en el cerebro
No existen medicamentos para tratar específicamente esta enfermedad, pero algunos de los tratamientos para el alzhéimer pueden ayudar.
Los médicos suelen prescribir inhibidores de la colinesterasa y memantina.
Los inhibidores de la colinesterasa, al aumentar la disponibilidad de acetilcolina (un neurotransmisor que actúa como un potente vasodilatador en el cerebro) pueden tener un efecto beneficioso sobre el flujo sanguíneo cerebral, lo que contribuye a mejorar la función cognitiva y a ralentizar la progresión de la enfermedad.
Estos medicamentos no están autorizados para la demencia vascular, pero se utilizan a menudo ya que muchos pacientes sufren, al mismo tiempo, alzhéimer y demencia vascular. Esta familia de fármacos tiene un beneficio de leve a moderado en la ralentización de la progresión del deterioro cognitivo.
Entre sus efectos adversos más comunes se encuentran: malestar gastrointestinal, bradicardia sintomática (frecuencia cardiaca anormalmente baja, que puede producir fatiga, debilidad, mareos y dificultad para respirar) trastornos del sueño y pérdida de peso.
En cuanto a la memantina, también se utiliza fuera de indicación en el tratamiento de este tipo de demencia. Proporciona unos beneficios modestos, concretamente, mejorando o estabilizando las funciones cognitivas y mejorando los problemas de comportamiento y de estado ánimo. Sus efectos adversos más comunes son mareos y dolor de cabeza.
Controlar los factores de riesgo vascular mediante tratamientos o cambios en el estilo de vida ayudarán a que la demencia vascular no se agrave. Por tanto, el objetivo principal es tratar aquellas enfermedades que afectan al flujo sanguíneo que llega al cerebro. Hacer todo lo posible para que la circulación llegue bien a este órgano reducirá el riesgo de sufrir un daño mayor en el tejido cerebral.
Estos tratamientos pueden incluir:
- Medicamentos para controlar la presión arterial
- Medicamentos para controlar el colesterol y los triglicéridos
- Medicamentos para la diabetes
- Medicamentos para controlar la coagulación sanguínea
En el caso de que la persona con demencia vascular se sienta deprimida y ansiosa por el diagnóstico y el impacto que tendrá en su vida la enfermedad, un especialista le puede prescribir algún medicamento.
Terapias para una persona con demencia vascular
La demencia vascular no tiene cura y empeora con el tiempo, pero la velocidad con la que evoluciona puede variar. Puede permanecer estable durante largos periodos.
El equipo, que se ocupa de la atención de la persona con demencia, puede sugerirle una variedad de actividades para que mejore su bienestar y retrase la evolución de la enfermedad.
Entre las terapias no farmacológicas se encuentra la terapia cognitiva.
Beneficios potenciales de este tipo de terapia:
- Mejorar la función cognitiva: se ha observado que mejora la memoria, la atención, el lenguaje y la resolución de problemas.
- Se retrasa la evolución de la enfermedad: las capacidades cognitivas se mantienen durante más tiempo.
- Si se realiza en grupo promueve la socialización.
- El estado de ánimo mejora, dado que contribuye a aumentar la confianza en uno mismo.
Tipos de terapias cognitivas:
- Terapia de reminiscencia: se trata de lograr una estimulación cognitiva mediante los recuerdos.
- Orientación a la realidad: proporcionando información sobre el tiempo y el lugar en el que vive la persona.
- Entrenamiento cognitivo: dirigido a mejorar las funciones cognitivas que la persona todavía conserva.
- Estimulación multisensorial: incluye actividades como la musicoterapia y la arteterapia.
A la hora de seleccionar el tipo de terapia, se deben tener en cuenta los gustos de la persona porque así se promoverá su implicación.
Además, hay otro tipo de terapias con un enfoque funcional, como:
- Terapia ocupacional: un terapeuta ocupacional ayudará a la persona a mantener y mejorar sus habilidades para que puede realizar las actividades de la vida diaria.
- Fisioterapia: un fisioterapeuta se enfocará en mantener la movilidad, el equilibrio y en prevenir las caídas.
En el caso de que la persona con demencia vascular sufra ansiedad o depresión puede buscar apoyo en una terapia cognitivo-conductual que, mediante la conversación y con la guía de un profesional, le ayudará a cambiar los patrones negativos de pensamiento.
Cuál es la esperanza de vida de una persona con demencia vascular
Como ocurre con otros tipos de demencia, la vascular reduce la esperanza de vida. Algunos datos apuntan a que los pacientes que desarrollan demencia después de sufrir un accidente cerebrovascular sobreviven un promedio de tres años.
Las personas que sufren esta enfermedad pueden experimentar una mejoría de sus capacidades cognitivas durante su recuperación, dado que el cerebro puede generar nuevos vasos sanguíneos y las células cerebrales, que se encuentran fuera de la zona dañada, pueden asumir nuevas funciones.
Diferencias entre demencia vascular y el alzhéimer
Aunque ambas enfermedades son neurodegenerativas y producen deterioro cognitivo, existen varias diferencias importantes entre la demencia vascular y el alzhéimer. Estas son algunas de las más destacadas:
*La causa
La demencia vascular es el segundo tipo de demencia más frecuente. Se produce porque al cerebro no le llega suficiente flujo sanguíneo, posiblemente, debido a que la persona ha sufrido accidentes cerebrovasculares, mini infartos o tiene dañados los vasos sanguíneos. Al no llegar suficiente oxígeno a determinadas áreas, las células cerebrales mueren.
La enfermedad de Alzheimer es la forma más común de demencia. Se caracteriza porque se acumulan placas de proteína beta-amiloide en el exterior de las neuronas y ovillos de proteína tau en el interior, lo que dificulta el funcionamiento adecuado del cerebro.
*Síntomas de la demencia vascular
- Problemas de memoria, atención y concentración
- Dificultades para resolver problemas y tomar decisiones
- Dificultades para realizar una actividad que se divide en varios pasos, como cocinar.
- Velocidad de pensamiento más lento
- Cambios de humor
- Dificultad para hablar o comprender el lenguaje
*Síntomas del alzhéimer
- Pérdida de memoria, especialmente de eventos recientes
- Confusión y desorientación
- Dificultad con el lenguaje y para encontrar palabras
- Problemas para tomar decisiones correctas
- Cambios en el estado de ánimo
- Tendencia aislarse cuando se encuentra con otras personas
*Progresión de la demencia vascular y del alzhéimer
En la demencia vascular la progresión de los síntomas puede ser impredecible, aunque también pueden evolucionar de forma escalonada, es decir, se experimenta un deterioro repentino de las capacidades cognitivas después de que la persona haya sufrido un accidente cerebrovascular u otro tipo de evento vascular.
Las personas con alzhéimer suelen experimentar un deterioro gradual, más lento y progresivo que afecta, principalmente, a sus capacidades cognitivas y a la memoria.
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