El tallado selectivo es un procedimiento por el que se realiza un ligero desgaste de determinadas zonas de los dientes con el fin de equilibrar la oclusión o eliminar posibles interferencias de un diente con otro. Se trata de maloclusiones leves que no implican desplazamientos o cruces de dientes de importancia. También puede estar indicado cuando se produce una interferencia que ocasiona dolor o como parte final de procedimientos de una restauración ortodóncica o protésica.
La indicación de un tallado selectivo implica la necesidad de realizar un análisis oclusal que permita identificar las maloclusiones leves susceptibles de ser tratadas de este modo.

Lo más frecuente es que el tallado selectivo sea complementario a la finalización de una ortodoncia, con el fin de lograr la máxima armonía de la oclusión. En este caso, se suelen tallar ligeramente las partes del diente implicadas en la función masticatoria. Los objetivos del tallado selectivo son los siguientes:
- Devolver a la cara masticatoria del diente su forma, que se ha podido perder ante la existencia de alguna maloclusión.
- Lograr que los dientes superiores e inferiores encajen perfectamente cuando la boca esta cerrada, evitando asimismo que se produzcan contactos inadecuados entre los mismos (interferncias) cuando ambas arcadas están en movimiento.
- Distribuir uniformemente la fuerza de la masticación entre todos los dientes.