Es frecuente que las prótesis dentales removibles se rompan, ya sea porque se parta algún diente o gancho, se raje por algún lado o se rompa en varios trozos. Las causas pueden ser diversas: desde una caída durante la manipulación, porque se salga de la boca como consecuencia de un mal ajuste o incluso porque no se hayan confeccionado de forma adecuada y se produzca una concentración de fuerzas que provoquen la rotura a partir de un punto concreto.
Dependiendo del tipo de rotura que se haya producido, la prótesis dental podría ser reparada. Es por ello que, igual que se lleva un vestido rasgado a una costurera especializada por si puede hacer una compostura, hay que llevar la prótesis al odontólogo para que éste la remita al laboratorio y se valore la posibilidad de repararla.
Normalmente, si se ha roto algún diente o gancho o se ha rajado limpiamente, la prótesis se puede reparar mediante el uso de una resina de termopolimarización o una resina acrílica de autopolimerización. La segunda es la que se utiliza con mayor frecuencia debido a que es más rápida, al no requerir lo que se denomina enmuflado (vaciado de cera en un molde especial) y necesitar menos tiempo para obtener la polimerización (endurecimiento de la resina). Sin embargo, se obtiene una mayor resistencia con la resina de termopolarización, aunque la reparación lleva más tiempo.