Las alteraciones de los huesos maxilares (inferior y superior) pueden producirse a cualquier edad. En algunos casos se trata de malformaciones congénitas, es decir, ya están presentes en el momento del nacimiento. En otros se producen durante el desarrollo del niño y los más surgen en la edad adulta de diferentes formas: quistes, traumatismos, problemas metabólicos, tumores, etc.
Alteraciones congénitas
La mayoría de este tipo de alteraciones maxilares se asocian a síndromes como el Down, Pirre Robín, del primer arco branquial, Crouzon, Apert, etc., y pueden originar diferentes problemas que afectan al desarrollo del niño, como trastornos de la masticación y la alimentación, dificultades de lenguaje, maloclusión, pérdida prematura de piezas dentales o alteraciones de la articulación temporomandibular, además de deformidades faciales que pueden ser muy apreciables.
Entre las posibles malformaciones destacan las siguientes:
- Micrognatia. Aumento de tamaño de la mandíbula.
- Prognatismo. El maxilar está más adelantado que la mandíbula.
- Retrognatismo. La mandíbula está más adelantada que el maxilar.
- Hipoplasia maxilar. Desarrollo deficiente del maxilar superior.
- Hipertrofia maxilar. Desarrollo excesivo del maxilar superior.
- Fisura labioalveolopalatina. No se desarrollan adecuadamente el paladar, los maxilares y las prominencias nasales.
- Asimetría mandibular o maxilar.
Quistes
En la mayoría de los casos son benignos, aun cuando en algunos casos pueden evolucionar y convertirse en cancerosos. En el 90% de los casos se forman sobre los incisivos superiores. Se forman por la transformación de células epiteliales, que se acumulan y necrosan configurando unas cavidades que luego se llenan de material líquido.
La causa puede ser una caries o una reacción defensiva frente a un proceso inflamatorio persistente. En el segundo caso, recibe el nombre de granuloma. También pueden estas asociados a un retraso del proceso de erupción de las piezas dentales, especialmente de las muelas del juicio inferiores y los colmillos superiores.
Traumatismos
Un golpe directo puede causar la fractura del maxilar superior y/o la mandíbula. Puede afectar también a otros huesos de la cara o el cráneo.
Trastornos metabólicos
Las alteraciones del metabolismo óseo, como la osteoporosis o el hiperparatiroidismo, entre otras patologías, pueden causar el desequilibrio entre la reabsorción y la formación del hueso, afectando a la calidad ósea y ocasionando la fragilidad de los maxilares.
Inflamación ósea
Son procesos que se deben a infecciones mal controladas que se originan en las caries, la enfermedad gingival o heridas que se hayan producido en los maxilares. Su evolución puede causar osteítis y osteomelitis.
Tumores
En la mayoría de los casos se trata de metástasis secundarios a un cáncer que se ha producido en otros órganos, aunque también puede tratarse de tumores primarios.