La dermopigmentación o micropigmentación es una técnica similar al tatuaje que en cirugía cosmética tiene diferentes indicaciones:
- Dibujar cejas y pestañas en casos de alopecia.
- Corregir cicatrices.
- Aumento de labios.
- Coloración de areolas después de una mastectomía.
- Pigmentación de ojeras.
- Demarcación del labio leporino.
Consiste en la introducción en la dermis de gránulos de pigmento mediante una agujas muy finas conectadas a un aparato llamado dermógrafo que hace que tengán un movimiento de vaivén mientras deposita las partículas de color. El proceso de recuperación conlleva diferentes fases. Después de la intervención se produce una inflamación de la zona tratada. Luego se inicia el proceso de cicatrización, con la formación de una costra que permanece durante 4-5 días y hace que el color aplicado se perciba con algún grado de oscurecimiento.
A partir de los diez días de haberse realizado la pigmentación se produce la reparación de la epidermis, remodelación del colágeno de la dermis y redistribución de la partículas de pigmento y se pierde la costra, con lo que se reduce el tono de la coloración. Concluida la reparación de la epidermis, los gránulos del pigmento aplicado se distribuyen entre las fibras de colágeno y en torno a los capilares y el color aplicado se muestra con su tonalidad definitiva.
Las contraindicaciones de la micropigmentación se refieren a la existencia de dermatosis activas, embarazo y enfermedades que implican alteraciones en la composición sanguínea.
Existe una normativa relativa al tipo de productos que se utilizan en la micropigmentación y que garantizan la seguridad del paciente. Se recomiendan especialmente los pigmentos de origen inorgánico, ya que el riesgo de reacciones alérgicas es prácticamente inexistente, el tamaño de las partículas impide su migración en la dermis y por tanto ofrecen una mejor fijación del color.