El láser de diodo es uno de los métodos más eficaces para la depilación definitiva, ya que ofrece notables ventajas sobre otras tecnologías que su utilizan para este fin, aunque también tiene sus inconvenientes.
La principal ventaja del láser de diodo es que al operar con una longitud de onda superior a otros aparatos permite profundizar más en la piel, lo que le hace ser idóneo para la depilación en pieles oscuras y la eliminación de vello más grueso y profundo. También es eficaz en pieles claras, pero a condición de que el vello a eliminar sea grueso o mediano, no fino. Por otra parte, está especialmente indicado para áreas del cuerpo de gran extensión, lo que permite un tratamiento seguro y sin dolor.
Entre los inconvenientes conviene del láser de diodo destacar el hecho de no se puede utilizar en personas que tienen el vello muy claro, ya que podría causar quemaduras. Incluso en personas de piel oscura se pueden producir pequeñas quemaduras, dolor o decoloración y enrojecimiento de la piel, especialmente si el láser es manejado por personal no cualificado.
El tratamiento de depilación con láser de diodo se realiza en varias sesiones realizadas una cada mes, aunque al final del tratamiento se pueden llegar a espaciar tres meses una de otra. El número de sesiones dependerá de las características de cada persona, aunque lo habitual es que se haya eliminado el 90% del vello tras seis a doce meses de tratamiento.
Otra de las características importantes de este tipo de láser es que dispone de un sistema de enfriamiento que se aplica a la piel antes de accionar el láser, de tal manera que apenas produce molestias. No obstante, dependiendo de la sensibilidad del dolor de cada persona, siempre cabe la posibilidad de aplicar previamente una pomada anestésica en la zona a tratar.