La angioresonancia o ARM es una prueba de diagnóstico por imagen que se utiliza para identificar algunas enfermedades que afectan al corazón o los vasos sanguíneos y también para definir o planificar determinados tratamientos. En realidad se trata de una resonancia magnética que se suele realizar sin necesidad de contraste, aunque en ocasiones sí debe recurrirse a él.
Esta prueba permite en ocasiones aplazar la intervención quirúrgica, es menos invasiva que la angiografía por cateterismo y permite obtener un mapa preciso de los vasos sanguíneos afectados por una patología concreta, lo que permitirá una planificación más precisa de la intervención quirúrgica cuando ésta es inevitable.
Indicaciones de la angioresonancia
Las indicaciones de la angioresonancia son muy diversas, ya sea para el diagnóstico de patologías vasculares como para la planificación precisa de intervenciones quirúrgicas:
- Estudio del estado de los vasos intracraneales. Permite identificar aquellos pacientes a los que se debe realizar una angiografía mediante cateterismo.
- Estudio de las carótidas. Se realiza en pacientes con arterioesclerosis con el fin de determinar el grado de oclusión de estas arterias y precisar el área de intervención en la que deben actuar los cirujanos cuando se recomienda el procedimiento quirúrgico. Evita la realización de una angiografía.
- Estudio de las arterias aórticas (tórax y abdomen), las pulmonares y las renales.
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Identificación de posibles aneurismas en personas con antecedentes familiares por esta enfermedad.
Sin embargo, esta prueba diagnóstica está contraindicado en casos muy concretos:
- Personas con marcapasos o que sean portadoras de prótesis o implantes metálicos.
- Personas que padecen claustrofobia y en las que la sedación no consigue calmarlas.
- Mujeres en el primer trimestre de embarazo, pues no hay datos sobre los efectos que la resonancia magnética podría tener en el desarrollo del embrión.
- Mujeres en periodo de lactancia, cuando la angioresonancia se debe realizar utilizando contraste. En este caso se recomienda extraer previamente la lecha para poder alimentar al bebé durante las 24 horas siguientes, el tiempo necesario para que el contraste sea totalmente eliminado del organismo.