- El agua, más horas de luz y más tiempo al aire libre son los grandes aliados para la práctica deportiva durante el periodo estival.
- Aunque los ejercicios pueden ser los mismos que los practicados el resto del año, hay que reducir su intensidad y duración si se realizan a altas temperaturas.
- Contra los peligros del sol y el calor hay que utilizar protección solar, usar ropa adecuada y mantener una hidratación permanente.
Para muchos el verano es una época sinónimo de descanso, playa, sol y tiempo libre. Sin embargo, también se trata de una estación ideal para retomar hábitos perdidos y cuidar de la salud -al mismo tiempo que se disfruta del aire libre, el buen clima y el agua, grandes aliados de la práctica deportiva-.
Te proponemos un verano diferente a través de una rutina de ejercicios, acordes con el periodo estival. Con ellos, podremos mantenernos en forma sin dejar de lado el descanso y el disfrute del buen tiempo.
Antes de comenzar a ejercitarnos bajo el sol, es necesario tener en cuenta los siguientes consejos:
- El agua es una de las estrellas del verano, un excelente medio para fortalecer nuestros músculos y desarrollar nuestra capacidad pulmonar y cardiovascular. Aumentemos el número de actividades físicas en el mar y la piscina.
- Nos encontramos en un buen momento para potenciar la natación y convertirla en el deporte de la temporada. Algunas ventajas: puede ser practicado por la mayoría de las personas y conlleva enormes beneficios para la salud -ayuda a controlar la presión arterial, permite el desarrollo de la mayoría de los músculos del cuerpo y fortalece los tejidos articulares, lo que permite prevenir posibles lesiones-.
- La piscina es una gran aliada para los mayores, las personas con sobrepeso, con osteoporosis o en fases iniciales de rehabilitación. Se trata de un medio que permite realizar múltiples ejercicios que tienen un bajo impacto sobre las articulaciones. Además, el peso corporal se reduce dentro del agua, lo que favorece la movilidad y la elasticidad.
- Sin importar la temporada del año en la que se realice, siempre hay que tener en cuenta las fases principales de una rutina de ejercicios:
- Calentamiento con ejercicios suaves, estiramientos y movimientos de las articulaciones.
- Finalizar siempre con un apartado dedicado a los estiramientos para, así, reducir el riesgo de lesiones, mejorar nuestra postura y atenuar el posible dolor muscular.
El principal reto: cuidarse del sol y de las altas temperaturas
Las altas temperaturas y los rayos ultravioleta pueden jugar en contra de los deportistas si no se tienen las siguientes precauciones:
- Para contrarrestar sus efectos negativos, es recomendable es reducir el número de horas y la intensidad de la rutina de ejercicios.
- Aunque hay que aprovechar los recintos al aire libre, se recomienda evitar la exposición directa al sol y dar preferencia a los lugares que tengan sombra. Lo ideal es ejercitarse durante las primeras horas del día o las últimas, momento en el que las temperaturas son más bajas y los rayos ultravioleta menos dañinos para la piel y el organismo en general.
- La ropa deportiva del verano debe estar hecha de un material ligero y transpirable, que permita eliminar el calor generado con el ejercicio. También es indispensable usar una gorra, gafas de sol y, siempre, protector solar.
- Hay que reponer los líquidos con regularidad durante la práctica deportiva. También, se recomienda refrescar el cuerpo con agua para ayudar a disminuir la temperatura corporal.
Por último, e igual que durante todo el año, es importante vigilar la dieta -la mediterránea es la más saludable-. Como recomendación especial te proponemos intentar evitar la sal, las especias y aumentar la ingesta de líquidos, antes, durante y después de la práctica del ejercicio.