Intermediarios metabólicos
El complejo vitamínico B es un grupo formado por diferentes e importantes substancias, repartidas en alimentos diferentes, lo cual es un indicativo de la conveniencia de realizar comidas variadas.
Se denominó así, porque en principio fue la clasificación que se eligió según se iban descubriendo nuevas vitaminas, todas hidroslubles (solubles en agua). Desempeñan un importan papel como transformadores de diversas reacciones metabólicas. Una alimentación correcta contiene cantidades suficientes estos componentes.

Vitamina B1 o aneurina (1.0 - 1.5 miligramos / día) importante para la actividad del sistema nervioso, cardíaco y gastrointestinal.
Su carencia origina inapetencia, estreñimiento, irritabilidad y fatiga. El abuso de alcohol requiere mayores cantidades.
Se encuentra fundamentalmente en raciones normales de carne de cerdo, jamón y pollo; en dosis apreciable también en otras carnes, guisantes, soja y copos de avena.
Vitamina B2 o riboflavina ( 1.2 - 1.5 milígramos /día) importante en la "respiración" celular por facilitar el aprovechamiento de oxígeno.
Su carencia se manifiesta por fisuras en labios y boca, alteraciones oculares, apatía y dolores de cabeza. El uso continuado de anticonceptivos aumenta su requerimiento.
Se encuentra fundamentalmente en raciones normales de hígado de reses y carne de pollo; también en leche entera o descremada, huevo (dos unidades) y hortalizas (brécol, espinacas...).
Vitamina B3, factor PP o niacida (12 - 16 milígramos / día). Importante en la integridad de la piel, aparato digestivo y sistema nervioso.
Su carencia va unida a otras deficiencias vitamínicas y se manifiesta por lesiones rojizas en piel o también como pelagra, la enfermedad de las tres D: dermatitis, diarrea y demencia.
Se encuentra sobre todo en vísceras (hígado) y muy extendida tanto en vegetales (setas) como en carnes (pollo y pavo) y pescados (caballa, atún, sardinas, pez espada, mero...).
Vitamina B5 o ácido pantoténico (7 - 10 miligramos / día) , importante factor de crecimiento e intercambiador entre grasas, proteínas e hidratos de carbono.
Favorece el pigmento del cabello e interviene activamente en el recambio de las células de la piel.
Se encuentra abundantemente en pescados, carnes, vegetales y productos integrales.