El verano es el tiempo de atracarse de cosas frías. ¿A quien no le gustan los helados, polos, bombones helados, granizadas o refrescos con mucho hielo y corteza de limón? Creo a que a todos más o menos se nos olvida que el agua fresquita con limón y un granizado de hielo es un refresco sano, fantástico y nos deja la mar de fresquitos.
Los refrescos y helados son de aceptación general, pero deben utilizarse con prudencia. En su composición entran en diferentes proporciones grasas y azúcares, lo cual aumenta el aporte de calorías... en diferentes cantidades.
Los refrescos habituales (coca y refrescos de frutas) tienen tantas calorías como un plato de arroz blanco o pasta cocida con tomate (150 calorías/vaso grande). Las granizadas dulces o las horchatas de chufa pueden llegar a tener tantas calorías como un plato de espagueti a la boloñesa (200 calorías/vaso grande).
Los helados cremosos ya los utilizaban en tiempo de los romanos. Actualmente están enriquecidos con azúcar, nata, grasa, siropes, nueces, avellanas, chocolate... todo lo cual aumenta considerablemente su contenido calórico, el cual puede oscilar, dependiendo del tamaño y los ingredientes, entre el de un buen plato de espagueti a la boloñesa hasta un plato y medio de paella (200-600 calorías).
Los polos de hielo son más pobres en calorías, muy similares a un refresco habitual (150 calorías). Las bebidas "light" como son los refrescos de cola no superan las 4 calorías.
Es importante que os acostumbréis a consultar las etiquetas de composición, que señalan al menos el contenido en grasa, azúcares (glucosa y fructosa) y calorías, las cuales suelen referirse a 100 gramos.
No utilizar alimentos o bebidas que no informen debidamente de su contenido.
Recomendaciones:
- Contenido graso de los helados, no muy superior a los 10 gramos %.
- Contenido de azúcares (hidratos de carbono) no muy superior a los 20 gramos %.
- Calorías, no muy superior a 100-150 kcalorías %.
- Nunca debéis comer menos para tomar más helados o refrescos. Acordaos que hacer deporte, permite transformar las calorías de esos helados, sin que se depositen en forma de grasa.