El plexo braquial se ubica en el hombro y es una red de nervios que parte de la columna vertebral a la altura de las cervicales (el cuello), se ramifica y extiende hacia el hombro y desde él se ramifica para alcanzar la totalidad del brazo.
Es por ello que si estira en exceso, se golpea o se pellizca se produce un intenso dolor similar a una descarga eléctrica, que se irradia por todo el brazo hasta la mano, llegando a insensibilizar todo el miembro superior e incluso incapacitarlo para el movimiento.
En la mayoría de los casos las lesiones del plexo braquial duran muy poco tiempo y se resuelven por sí solas, aunque en algunos casos pueden ser más graves, dependiendo de cuál sea la causa:
- Traumatismo: es la causa más frecuente por estar el hombro muy expuesto a lesiones de origen traumático, tales como la luxación, la fractura de clavícula u otras que pueden afectar a los músculos que rodean el cuello y el hombro.
- Compresión: puede producirse por cargar un peso excesivo sobre el hombro de forma prolongada.
- Patología vascular: un hematoma en la zona de vascularización cervical puede presionar el plexo braquial y producir la lesión, que se mantendrá en tanto no se elimine.
- Parto: el uso de fórceps o la estrechez pélvica de la madre pueden causar al neonato lo que se denomina plexopatía braquial connatal, una lesión que en la mayoría de los casos se resuelve espontáneamente de forma casi inmediata o en tres o cuatro meses, si bien también puede derivar en una lesión crónica y requerir cirugía para su tratamiento.
- Cirugía: algunos procedimientos quirúrgicos, como los que afectan a las mamas o al tórax pueden producir este tipo de lesiones.

Tratamiento de las lesiones del plexo braquial
Como ya se ha dicho, en la mayoría de los casos las lesiones del plexo braquial no necesitan tratamiento y se resuelven de forma espontánea y rápida. Lo más importante es dejar de realizar la actividad que ha provocado la lesión y esperar unos minutos hasta que desparezcan los síntomas.
Pero hay signos que deben tenerse en cuenta a la hora de valorar la gravedad de la lesión y que aconsejan acudir al médico para que realice un diagnóstico más preciso y, llegado el caso, determinar cuál es el tratamiento más adecuado:
- El dolor, la sensación de hormigueo o la falta de sensibilidad en el brazo se mantienen durante más de cinco minutos.
- Los síntomas vuelven a aparecer al cabo de unos días.
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Se ven afectados los dos brazos.
El diagnóstico se realizará mediante radiografías o una resonancia magnética, con el fin de evaluar la gravedad de la lesión y descartar otras lesiones más graves. En función de la gravedad de la lesión el tratamiento incluirá diferentes opciones:
- Aplicar frío en el hombro durante 20 minutos a intervalos de tres horas. Esto reducirá la inflamación.
- Medicamentos antiinflamatorios para aliviar el dolor y reducir la inflamación.
- Realización de ejercicios específicos para fomentar la movilidad que impliquen los músculos del cuello, hombros y brazos. En los casos más graves se requerirá un tratamiento de fisioterapia. No se debe levantar pesos o practicar ningún tipo de deporte en tanto la lesión no se haya curado, ya que se corre el riesgo de sufrir nuevas lesiones.