La candidiasis oral es una infección común de la mucosa bucal provocada por un crecimiento descontrolado del hongo Candida, particularmente Candida albicans. Aunque esta levadura forma parte de la flora natural de la boca, bajo ciertas condiciones puede multiplicarse de forma excesiva, dando lugar a molestias, dolor e incluso complicaciones si no se trata adecuadamente.
Esta afección no solo afecta a adultos mayores o personas con problemas de salud previos. También puede presentarse en lactantes, adultos sanos en momentos puntuales o en pacientes que reciben ciertos tratamientos médicos. Por ello, es fundamental conocer en profundidad qué es la candidiasis oral, cómo se manifiesta, qué la causa y cuáles son las medidas más efectivas para su tratamiento y prevención.
¿Por qué aparece la candidiasis en la lengua y en la boca?
La boca alberga de forma natural una gran variedad de microorganismos, entre ellos bacterias y hongos, que conviven en equilibrio. Cuando este equilibrio se rompe, por ejemplo, debido a un tratamiento prolongado con antibióticos, un descenso en las defensas inmunológicas o una higiene bucodental deficiente, la Candida albicans puede multiplicarse más de lo habitual.
Esta proliferación da lugar a lo que conocemos como candidiasis oral. La lengua es una de las zonas más afectadas porque su superficie rugosa retiene fácilmente restos alimenticios y humedad. El paladar, el interior de las mejillas y, en casos más avanzados, la garganta o el esófago también pueden verse comprometidos.
Condiciones como el uso prolongado de inhaladores con corticoides (frecuente en pacientes asmáticos), el uso de prótesis dentales sin una limpieza adecuada o la sequedad bucal crónica son factores que favorecen notablemente la aparición de esta infección fúngica. Asimismo, el tabaquismo, el alcohol y una dieta rica en azúcares pueden alterar la flora oral, aumentando el riesgo de desarrollar candidiasis.
Síntomas de la candidiasis oral en adultos
Manchas blancas en la lengua y mucosa oral
El signo más típico de esta infección son las manchas blancas, también descritas como placas blanquecinas o cremosas, que se observan en la lengua, el interior de las mejillas, el paladar o incluso en las encías. Estas manchas tienen un aspecto similar al requesón o leche cuajada. Al intentar retirarlas, pueden dejar una superficie enrojecida y sensible que, en algunos casos, sangra levemente.
Además del aspecto visible, estas lesiones pueden causar molestias que varían en intensidad, desde una leve incomodidad hasta dolor más intenso, especialmente si no se tratan a tiempo.
Sensación de ardor y dolor al comer o hablar
Otro de los síntomas frecuentes es el ardor bucal. Los pacientes refieren dolor o sensación de quemazón, sobre todo al consumir alimentos muy calientes, ácidos o picantes. Esta irritación también puede dificultar el habla o la deglución, afectando la calidad de vida. En casos más avanzados o persistentes, puede incluso extenderse al esófago, lo que genera dolor al tragar e incluso fiebre.
Es importante señalar que algunos adultos, especialmente aquellos con inmunosupresión o enfermedades crónicas, pueden desarrollar candidiasis sin manifestaciones evidentes. Por eso, ante cualquier sospecha, es aconsejable una revisión médica.
¿Qué hacer si la candidiasis oral no se quita?
Si la infección persiste a pesar del tratamiento, es importante consultar a un profesional, ya que puede tratarse de una candidiasis resistente o relacionada con problemas subyacentes como diabetes o deficiencias inmunológicas.
Causas y factores de riesgo de la candidiasis bucal
Alteraciones en la flora oral y sistema inmunológico
El sistema inmunológico desempeña un papel clave en el control del crecimiento de microorganismos como la Candida. Cuando está debilitado por enfermedades crónicas, tratamientos inmunosupresores o envejecimiento, es más fácil que la candidiasis aparezca.
También influye la flora oral, ese ecosistema de microorganismos beneficiosos que normalmente mantiene bajo control el desarrollo de hongos. Cuando esta flora se altera, por ejemplo por el uso de antibióticos de amplio espectro, se produce un desequilibrio que favorece la colonización fúngica.
Pacientes con VIH, cáncer, lupus, enfermedades autoinmunes o en tratamiento con quimioterapia tienen un riesgo mucho mayor de desarrollar candidiasis oral de forma frecuente o severa. También es común en personas con prótesis removibles que no se higienizan bien o que duermen con ellas puestas.
Uso de antibióticos, inhaladores y otros desencadenantes
El uso prolongado o indiscriminado de antibióticos elimina no solo bacterias patógenas sino también las que forman parte de la flora protectora de la boca. Esto deja vía libre al crecimiento excesivo de la Candida. Algo similar ocurre con el uso de corticoides inhalados, sobre todo cuando no se enjuaga la boca tras cada uso, lo que favorece la aparición de candidiasis en pacientes asmáticos o con EPOC.
La sequedad bucal (xerostomía), ya sea por causas fisiológicas o por ciertos medicamentos, es otro factor clave. La falta de saliva impide el arrastre natural de microorganismos y reduce las defensas locales.
Factores como el estrés, una alimentación pobre en nutrientes, el uso de enjuagues bucales con alcohol, tratamientos con radioterapia o el tabaquismo también contribuyen a crear un ambiente propicio para el desarrollo de esta infección.
Tratamiento para la candidiasis oral en adultos
Medicamentos antifúngicos y cuidados en casa
El tratamiento habitual incluye antifúngicos tópicos (gel o enjuagues) o en casos más severos antifúngicos orales recetados por el médico. Mantener una buena higiene oral y evitar irritantes como tabaco y alcohol ayuda a controlar la infección.
Prevención y hábitos para evitar recaídas
Para prevenir la candidiasis es fundamental mantener una higiene bucal adecuada, limpiar bien dentaduras postizas, controlar enfermedades crónicas y acudir a revisiones periódicas. Evitar el abuso de antibióticos y tratar oportunamente cualquier enfermedad sistémica también reduce el riesgo.
¿Cuándo acudir al médico o dentista por candidiasis oral?
Es necesario acudir al especialista si los síntomas persisten más de dos semanas, si la infección reaparece con frecuencia o si se presentan signos de infección grave como dolor intenso, fiebre o dificultad para tragar. También es importante buscar ayuda si se tiene alguna enfermedad que debilite el sistema inmunológico.
Reconocer los síntomas a tiempo y adoptar hábitos saludables es clave para evitar complicaciones y recaídas. Ante cualquier duda o persistencia de síntomas, consultar con un profesional garantizará un tratamiento eficaz y seguro para mantener la salud bucal.