Pulpotomía

La pulpotomía es un tratamiento que se realiza de forma frecuente en odontopediatría, ya que únicamente está indicado cuando un diente temporal está afectado por una pulpitis (inflamación de la pulpa), o una exposición de la pulpa como consecuencia de un traumatismo o una caries de tamaño apreciable. Sin ser propiamente una endodoncia, la pulpotomía tiene como objetivo extraer la parte de la pulpa que hay resultado dañada y preservar el resto, procediendo posteriormente a la reconstrucción del diente. En realidad se trata de mantener la pulpa de la raíz de modo que no produzca síntomas como dolor, sensibilidad, inflamación o se produzca una reabsorción radicular. La pulpotomía no interfiere con el desarrollo y posterior erupción del diente definitivo. Sin embargo, la pulpotomía es un procedimiento que está contraindicado cuando existe una patología pulpar que pueda cursar con hemorragia, dolor espontáneo, sensibilidad a la percusión, exudación o generación de pus, tumefacción, reabsorción radicular, etc.

1. Fase 1

   El tratamiento se realiza con anestesia local, pues requiere el acceso a la cavidad del diente para seccionar la pulpa y extraer la parte dañada. Posteriormente se procederá al sellado de los conductos y se realizará la reconstrucción dental correspondiente.
   

2. Fase 2

   Una vez realizada la pulpotomía habrá que realizar un seguimiento del niño para asegurarse de que el diente se mantiene asintomático.
   

Este tratamiento odontopediátrico se realiza con anestesia local, pues requiere el acceso a la cavidad del diente para seccionar la pulpa y extraer la parte dañada, dejando la parte de la raíz, que será tratada con hidróxido de calcio, sulfato férrico o trióxido mineral (MTA), con el fin de que pueda mantener vitalidad y cumpla su función. Posteriormente se procederá al sellado de los conductos y se realizará la reconstrucción dental correspondiente.

Una vez realizada la pulpotomía habrá que realizar un seguimiento del niño para asegurarse de que el diente se mantiene asintomático y detectar posibles indicios del fracaso del tratamiento: si se ha formado algún quiste radicular, si hay reabsorción interna o externa, si se detecta una fístula o si el diente se mueve.

La pulpotomía se lleva a cabo en dientes que han sufrido un traumatismo o una caries profunda y que ha dejado dañada la pulpa –la parte interna del diente que se forma con nervios, tejidos y vasos sanguíneos- o bien si la encía padece pulpitis. Este tratamiento se realiza solo cuando el daño de la pulpa es menor o la inflamación, pulpitis, es reversible.

La pulpotomía es un tratamiento en el que se elimina la parte de la pulpa que ha sido afectada y se aplica al tejido remanente un agente pulpar para preservar su función y vitales sin síntomas de dolor o inflamación. Está indicado en los dientes temporales cuando existe una exposición pulpar provocada por una caries profunda o un traumatismo. En estos casos el estado de la pulpa debe ser normal o bien tener una pulpitis reversible. La pulpotomía busca conservar la mayor parte de la pulpa radicular para favorecer la salida de los dientes permanentes.

Para poder diagnosticar una pulpotomía es necesario que el dentista realice una primera historia clínica del paciente que incluya exploración de la pulpa –si está sana, si la inflamación es reversible o no, grado de afectación, etc-, sintomatología que presenta el paciente –dolor y tipo, sensibilidad, inflamación- y estado de la pieza dental afectada. Además, se realizará una radiografía como prueba complementaria para confirmar el diagnóstico y confirmar el alcance de la herida. Y por último se descartarán otras posibles afecciones con las que se confunden los síntomas presentados.

La pulpotomía se caracteriza por producir dolor, sensibilidad, inflamación y/o procesos de destrucción de tejido radicular. Sin embargo, si se sufre dolor espontáneo, dolor a la percusión, movilidad anormal de las piezas, fistulas, afectación profunda de la pulpa o sangrado frecuente, no se debe realizar una pulpotomía debido a que es otro tipo de afección.

Es imprescindible que a los primeros síntomas acudas al dentista para que pueda determinar el alcance de la lesión.

La pulpotomía es un proceso que no duele debido a que se realiza con anestesia local. El niño únicamente notará la cavidad dental adormecida pero sin dolor.

Para poder llevar a cabo este procedimiento es necesario aplicar anestesia local al paciente. Es una anestesia que únicamente adormece la zona bucal para que la manipulación realizada en la zona no produzca dolor.

La pulpotomía se puede realizar en niños de cualquier edad, desde que aparece la dentición temporal hasta que comienza el cambio a la dentición permanente. Es importante realizar este tratamiento con el objetivo de que la pieza dental no desaparezca y que el resto de los dientes ocupen su lugar.

Cuando la restauración de la caries es tan intensa que no se pude conservar parte de la pieza dental externa es necesario colocar una corona que cubra la pueza para evitar desplazamientos dentarios y favorecer la masticación.

La pulpotomía aunque puedan confundirse con la endodoncia no son lo mismo. Una pulpotomía elimina la parte afectada de la pulpa intentando conservar la mayor parte, sin embargo, la endodoncia elimina todos los nervios tanto los del conducto como los de la cámara, dejando el diente sin estímulos.

El empaste es una obturación que se realiza en el diente que ha tenido una caries, sin embargo, para poder realizar un empaste el nervio no debe estar afectado. La pulpotomía se realiza cuando la pulpa está afectada, la pulpa se compone de nervios, tejidos y vasos sanguíneos.

El flemón se produce cuando existe una infección que ha penetrado hasta la pulpa y la raíz del diente, favoreciendo la inflamación de los tejidos y los vasos sanguíneos. El flemón produce un dolor intenso. Tener un flemón es un signo claro de una afección pulpar por lo que el dentista deberá examinar el alcance de la lesión para determinar si el tratamiento adecuado es la pulptomía.