¿Sientes un picor en la boca constante? ¿Te ocurre que te pican los labios sin que haya una causa visible? ¿Notas una sensación de ardor o molestia en el paladar aunque tu boca esté aparentemente sana? Es posible que estés experimentando lo que se conoce como síndrome de la boca ardiente, un trastorno poco conocido pero más habitual de lo que parece, sobre todo en mujeres a partir de los 50 años.
¿Por qué me pican los labios de la boca?
Uno de los motivos de consulta más frecuentes en salud bucodental es precisamente esta sensación incómoda y difícil de definir: “me pican los labios de la boca, pero no tengo heridas visibles”. Esta molestia puede deberse a múltiples factores y, cuando no hay signos externos, puede formar parte de un cuadro más complejo como el síndrome de la boca ardiente.
Características principales del picor de labios y boca
El picor en los labios, especialmente cuando aparece sin signos cutáneos o inflamatorios, suele ir acompañado de sensación de ardor, hormigueo, escozor o sequedad. En muchas personas, también se presenta como picor en el paladar, o incluso una mezcla de molestias repartidas por toda la cavidad bucal.
Lo más frustrante para quienes lo padecen es que no encuentran una causa clara. Los labios pueden picar incluso cuando la piel no presenta grietas, no hay infecciones visibles y los análisis resultan normales. En estos casos, el picor en la boca se vuelve crónico y afecta al bienestar y la calidad de vida.
¿A quién afecta con mayor frecuencia el picor?
Aunque puede afectar a cualquier persona, el síndrome de la boca ardiente es más frecuente en mujeres en edad perimenopáusica y posmenopáusica. También puede aparecer en personas con niveles altos de ansiedad, estrés o que han recibido tratamientos médicos que alteran la mucosa oral.
Causas del síndrome de la boca ardiente
El picor boca-paladar-labios puede tener origen local, relacionado con la propia cavidad oral, u origen sistémico, relacionado con el estado general del organismo. En muchos casos, el síndrome de la boca ardiente tiene un componente multifactorial.
Causas locales
Entre las causas más frecuentes de picor en la boca o en los labios se encuentran:
- Infecciones fúngicas (como la candidiasis oral), que pueden provocar picor en el paladar o en toda la mucosa.
- Irritación por prótesis dentales, aparatos de ortodoncia o férulas que no se ajustan bien.
- Reacciones a ciertos productos dentales, como pastas, colutorios o selladores con componentes irritantes.
- Higiene bucal deficiente o excesivamente agresiva, que puede alterar el equilibrio de la flora oral.
En estos casos, el diagnóstico suele ser más rápido, y el tratamiento, directo. Pero cuando no se detectan alteraciones visibles, es necesario investigar más a fondo.
Causas sistémicas
Muchas veces el picor en los labios de la boca tiene un origen interno. Algunas causas comunes son:
- Cambios hormonales, como los que ocurren durante la menopausia o el embarazo.
- Trastornos neurológicos que afectan los nervios encargados de la sensibilidad bucal.
- Carencias de vitaminas, especialmente del grupo B, hierro y zinc.
- Ansiedad, estrés crónico o depresión, que pueden alterar la percepción del dolor y el picor.
- Efectos secundarios de ciertos medicamentos, como antidepresivos, antihipertensivos o tratamientos para la hipertrofia prostática.
En estos casos, el picor en los labios o el paladar puede ser persistente, incluso sin ninguna lesión evidente, lo que complica su abordaje.
Síntomas más frecuentes de la boca ardiente
El síndrome de la boca ardiente no se limita solo al picor. A menudo, se acompaña de una serie de síntomas que afectan la función oral y la calidad de vida del paciente.
- Sensación de ardor persistente sin una causa física aparente. Puede aparecer de forma intermitente o continua, y suele empeorar a lo largo del día. El paciente puede describirlo como si hubiese tomado algo demasiado caliente o como una quemadura leve constante.
- Sequedad y alteración del gusto y otros signos asociados. Estos signos, aunque subjetivos, son muy reales para quienes los sufren.
Diagnóstico del síndrome de la boca ardiente
Dado que se trata de un diagnóstico de exclusión, llegar a él puede requerir varias visitas y la realización de distintas pruebas.
Exploración clínica y pruebas necesarias
El dentista o especialista realizará una exploración detallada de toda la cavidad oral, incluyendo lengua, encías, mucosa interna, paladar y labios. También pueden solicitarse:
- Análisis de sangre para descartar deficiencias nutricionales o trastornos hormonales.
- Cultivos orales para descartar infecciones por hongos o bacterias.
- Estudios neurológicos o pruebas de función salival si hay sospecha de disfunción nerviosa.
Diagnóstico diferencial con otras patologías bucales
Es esencial descartar enfermedades que puedan parecerse al síndrome de la boca ardiente, como la candidiasis oral, el liquen plano oral o reacciones alérgicas a materiales dentales. Solo cuando se han eliminado estas posibilidades, se confirma el diagnóstico de síndrome de boca ardiente como tal.
Tratamiento del picor de labios y boca
El tratamiento dependerá de la causa. Si el picor en la boca tiene un origen local, bastará con eliminar el agente irritante o tratar la infección. Si es un síndrome crónico, el abordaje será más amplio.
Tratamientos farmacológicos y no farmacológicos
En los casos más complejos, pueden utilizarse:
- Tratamientos tópicos, como geles o colutorios con analgésicos suaves o anestésicos locales.
- Antidepresivos o ansiolíticos en dosis bajas, cuando se asocia a alteraciones nerviosas.
- Suplementos vitamínicos si hay deficiencias detectadas.
- Terapias psicológicas o técnicas de gestión del estrés si hay un componente emocional importante.
Consejos para aliviar los síntomas del picor de la boca
Además del tratamiento médico, existen medidas que pueden mejorar la calidad de vida:
- Mantener la boca bien hidratada con agua frecuente o chicles sin azúcar.
- Evitar alcohol, tabaco y alimentos muy picantes o ácidos.
- Usar productos dentales suaves, sin detergentes ni alcohol.
- Practicar técnicas de relajación y mindfulness para reducir la percepción del picor.