Un cistocele es en realidad un prolapso de vejiga y se produce a consecuencia del debilitamiento y estiramiento de la pared anterior de la vagina de modo que esta se hernia y facilita que la vejiga sobresalga en su interior, pudiendo llegar hasta la vulva e incluso sobresalir a través de ella.
Un parto mal atendido, la obesidad, la caída de estrógenos tras la menopausia y el estreñimiento son algunas de las causas comunes, aunque en términos más generales, debe referirse al debilitamiento de la musculatura del suelo pélvico.
El cistocele, por lo general, hace que el vaciamiento de la vejiga sea incompleto y mantiene una sensación de cuerpo extraño en la vagina. En algunos casos provoca el cierre del esfínter de la uretra y, como consecuencia, pérdidas de orina en situaciones de esfuerzo muscular, como puede ser la tos o un estornudo o al levantar peso. Puede ser necesaria una intervención quirúrgica para hacer que los órganos ubicados en la zona pélvica se mantengan en su posición.
Atendiendo a las causas antes referidas, el cistocele puede prevenirse adoptando una serie de medidas:
- Gimnasia pélvica: realizar los ejercicios de Kegel de forma regular permiten fortalecer los músculos del suelo pélvico. Deben realizarse especialmente antes y después del parto y tras sobrevenir la menopausia. El suelo pélvico comprende toda la zona que se extiende desde la parte inferior de la ingle hasta el esfínter anal. Estos ejercicios consisten en apretar los músculos de esta zona y mantenerlos así durante 5-a 10 segundos (cuanto más se pueda mejor) para luego relajarlos durante el mismo intervalo de tiempo. Se recomienda realizar tres series de diez repeticiones del ejercicio cada día.
- Un peso saludable: la obesidad facilita la debilidad y distensión de la musculatura del suelo pélvico. Una dieta adecuada y la práctica habitual de ejercicio facilitarán mantenerse en el peso ideal. En caso de sobrepeso, perder los quilos de más ayudarán a evitar que se produzca el cistocele.
- No forzar: en situaciones de debilidad de la musculatura del suelo pélvico es importante evitar acciones que puedan implicar ejercer fuerza con ella. Éste es el caso de levantar pesos, estornudar, toser, etc.
- Evitar el estreñimiento: el estreñimiento obliga a forzar mucho la musculatura del suelo pélvico para lograr la evacuación de las heces, lo que puede ocasionar su estiramiento y posterior debilitamiento. Evitarlo, por tanto, es también un modo de prevenir el cistocele. Una dieta rica en fibra (fruta, verduras, cereales, etc.) y la ingesta de hasta dos litros diarios de agua es la mejor manera de hacerlo.