La infertilidad masculina de origen postesticular es la causada por alteraciones que afectan de los espermatozoides una vez que éstos han salido de los testículos, dónde se forman y se inicia su maduración. Este proceso, al que se denomina capacitación, se desarrolla, una vez que los espermatozoides ya han adquirido su forma característica en el testículo y salen del túbulo seminífero para llegar al epidídimo.
Allí se acumulan y se activa su motilidad a la espera del momento de la eyaculación, en el que a través de los vasos deferentes llegan hasta el pene y se unen a las secreciones de la vesícula seminal (líquido seminal) antes de salir a través de la uretra.
Conocer el grado de capacitación (maduración) de los espermatozoides es fundamental a la hora de determinar si existe o no infertilidad, pues este proceso de maduración puede verse afectado por diferentes causas, ocasionando alteraciones en la forma y motilidad de los espermatozoides:
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Inmunológicas: suponen la causa del 5% de los casos de infertilidad masculina de origen postesticular y se caracterizan porque el propio organismo identifica a los espermatozoides como agentes extraños y genera anticuerpos antiespermatozoides que hace que se rompa la barrera hematotesticular, de modo que los espermatozoides se aglutinan perdiendo movilidad, lo que afecta a su capacitación.
- Alteraciones genéticas o cromosómicas: hay que considerar especialmente aquéllas que se refieren al cromosoma Y, y que afectan a una región cromosómica denominada AZF, pudiendo causar ausencia total de espermatozoides (azoospermia) o problemas en su formación y maduración.
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Enfermedades hereditarias: una de las más características es la fibrosis quística, en la que los vasos deferentes no se forman correctamente durante el desarrollo fetal y resultan obstruidos o cortados, lo que impide la salida de los espermatozoides y por tanto su presencia en el semen (azoospermia obstructiva).
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Malformaciones congénitas: la denominada hipospadia es una malformación congénita por la que el orificio uretral no se ubica en la punta del glande, sino en otros puntos del tronco del pene o en los testículos. Dependiendo de su localización puede reducir significativamente la concentración de hormonas masculinas y, como consecuencia, afectar a la fertilidad.
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Eyaculación retrógrada: se produce por un mal funcionamiento del esfínter que cierra la vejiga durante la eyaculación, de modo que el semen pasa directamente a ésta y no es evacuado por la uretra, por lo que no hay eyaculación y no es posible que los espermatozoides puedan fecundar el óvulo.
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Infecciones seminales: entre ellas destaca la prostatitis, una infección que afecta a la próstata. Hay que tener en cuenta, no obstante, que cualquier proceso infeccioso que curse con fiebre puede inducir temporalmente una alteración de la calidad espermática.
- Disfunción eréctil: obviamente, si no hay erección no es posible el coito y por tanto tampoco el embarazo.