Según la última Encuesta Nacional de Salud Sexual (2009), el 9,6% de las mujeres sufren una pérdida de deseo sexual y sólo la tercera parte de ellas consulta a un especialista, sea éste ginecólogo, psicólogo, psiquiatra, sexólogo, etc. No obstante, algunos expertos señalan que entre el 21% y el 50% podrían presentar una pérdida de la libido en algún momento de su vida. Sin embargo, es importante tener en cuenta que no se debe hablar de falta de deseo sexual siempre que esta situación no se haya prolongado durante al menos seis meses.
No obstante, la ausencia de deseo sexual puede tener diferentes causas, unas físicas y otras de carácter personal. En el caso de la mujer que consulta a un médico por este problema, lo primero que se hace que la causa no es hormonal, por ejemplo, por tener bajos los estrógenos, como sucede durante la menopausia.
También es frecuente que durante el embarazo o la lactancia la libido de la mujer se vea disminuida. Sin embargo, en la mayoría de los casos el origen de esta disfunción sexual suele ser psicológico o derivarse de la propia relación de pareja. A veces incluso se dan ambos factores, el físico y el psicológico.
Trabajo y obligaciones domésticas
La incorporación de la mujer al ámbito laboral y en especial al desempeño de funciones de alta responsabilidad ha incrementado en las últimas décadas la prevalencia de la falta de deseo sexual. El estrés del trabajo, el tener que compaginarlo con las tareas domésticas (la mujer dedica a éstas cuatro veces más tiempo que el hombre) y el cuidado de los hijos, el no encontrar tiempo para reforzar la comunicación y la relación con la pareja, la llevan, en el mejor de los casos, a cumplir con la obligación tácita del matrimonio pero con unas relaciones sexuales basadas en la rutina, y en el peor a dilatar el momento de ir a dormir para no hacerlo al mismo tiempo que su pareja, buscando todo tipo de excusas. Pero en cualquiera de los casos el distanciamiento es cada vez mayor.
Conflictos de pareja
Los expertos señalan que en la mayoría de los casos la falta de deseo sexual de la mujer radica en la conflictividad con la pareja. Hay personas que se casan con otra que les despierta ni el apetito sexual ni la pasión. Otras han tenido una deficiente educación sexual, lo que implica la existencia de tabúes y la imposición de límites en la relación sexual o la incapacidad para excitar a la pareja. En otros casos se establece una lucha de poder por el gobierno del hogar…
Son muchas las situaciones que pueden generar el distanciamiento o la confrontación y en cualquier caso la insatisfacción. Y si a eso se le añade la falta de comunicación y la ausencia de complicidad, el problema se acrecienta.
El tratamiento hormonal y en algunos casos el uso de medicamentos antidepresivos de última generación puede ayudar a resolver el problema de esta disfunción sexual. Pero aún así siempre se recomienda el seguimiento de una terapia de pareja con el objetivo de mejorar la comunicación entre ellos, de eliminar gradualmente las barreras interpuestas en las relaciones sexuales, o incentivar la ruptura de rutinas y la incorporación de actitudes creativas, imaginativas y sorpresivas: aprender a saber qué desea el otro, a excitarle, a motivarle, a sorprenderle, a proponer cosas nuevas. Pero sobre todo se trata de tener tiempo para compartir con la pareja y hablar y comunicarse abiertamente.