La edad, por sí misma, no debe ser considerada un factor de riesgo frente a la cirugía, sino que es el estado de salud general, es decir las enfermedades presentes en cada paciente, su estado físico general y la calidad de vida que tiene las que determinarán los posibles riesgos y permitirán valorar, por ejemplo, el tipo de anestesia a utilizar o las posibles complicaciones.
En la cirugía programada de personas mayores los cuidados preoperatorios implican la realización de una serie de pruebas clínicas (analítica, radiografías, electrocardiogramas, función respiratoria, etc.) que permitan identificar, y en su caso corregir, posibles factores de riesgo que puedan complicar el acto quirúrgico y el postoperatorio. No así en la cirugía de urgencias, en la que este riesgo es significativamente mayor cuanta más edad se tiene. En cualquier caso, lo más importante es la situación funcional previa a la cirugía del paciente añoso.
También hay que tener en cuenta que el desarrollo actual de las técnicas de cirugía mínimamente invasiva (laparoscopia) y el uso de anestesia local o regional han reducido considerablemente los riesgos quirúrgicos y de recuperación posterior de las personas mayores.
cuidados preoperatorios
- Anamnesis: el historial clínico del paciente es fundamental. No sólo basta con conocer las enfermedades que padece y los tratamientos que siguen, sino cerciorarse de que éstas están debidamente controladas. Además, las pruebas complementarias ya mencionadas determinarán la existencia de cualquier problema que deba corregirse (anemia, infecciones, etc.) o la identificación de riesgos específicos (insuficiencia respiratoria, enfermedades cardiovasculares, etc.)
- Valoración funcional: debe conocerse el grado de autonomía del paciente a la hora de desarrollar las actividades básicas e instrumentales (comer, asearse, caminar, vestirse, etc.), pues aportará información sobre la medida en que soportará la cirugía y la recuperación de la misma.
- Valoración psicológica: un buen estado cognitivo previo mejora las expectativas ante la cirugía y especialmente la recuperación, ya que se puede prever la posibilidad de que sufra el llamado síndrome confusional.
- Valoración social: el entorno (familia, institucionalización temporal o definitiva, etc.) en el que se desarrollará la recuperación del paciente permitirá evaluar si recibirá los cuidados necesarios o podrá cumplir con el tratamiento postquirúrgico.
- Tipo de cirugía: la técnica quirúrgica (laparoscopia o cirugía abierta), la zona donde se realiza la intervención y el tiempo de duración de la misma llevan implícito un riesgo diferente.
- Anestesia: las personas mayores son más sensibles a la anestesia, de tal modo que una dosis similar a la atizada en las personas más jóvenes puede tener efectos más duraderos y requerir más tiempo para recuperarse de la misma. También hay que conocer muy bien toda la medicación que está tomando con el fin de evitar posibles interacciones con la anestesia.
