La impotencia o disfunción eréctil supone la incapacidad para lograr o mantener una erección durante una relación sexual y puede deberse a causas muy diversas: diabetes, hipertensión arterial, enfermedades cardiovasculares, enfermedades neurológicas, problemas hormonales, traumatismos que afecta a la médula espinal, cáncer de próstata, el efecto de algunos medicamentos, el tabaco, el alcoholismo, la obesidad mórbida, etc. También pueden causarla el estrés, los problemas emocionales u otros factores psicológicos.
Tratamiento de la impotencia
1) Medicamentos
- Por vía oral: en la actualidad existen al menos seis medicamentos que, ingeridos antes del acto sexual, permiten obtener una erección prolongada. En términos generales las diferencias entre uno y otro estriban en el momento en que se deben tomar y la rapidez con la que actúan. Sin embargo, cada uno de estos medicamentos tienen sus contraindicaciones, por lo que nunca deberá recurrirse a la automedicación, sino que debe ser el urólogo quien determine cuál es el más adecuado para cada paciente.
- Inyección intracavernosa: en este caso el medicamento se inyecta directamente en el pene antes de la relación sexual.
- Cánula transuretral: el medicamento se introduce en el pene a través de la uretra mediante una cánula. Tarda 15 minutos en surtir efecto y requiere el uso de preservativo en el caso de que la pareja sexual esté embarazada.
2) Bomba de vacío
Se aplica sobre el pene un dispositivo que mediante aspiración permite que la sangre llegue al interior del pene y genere la erección. Ésta se mantiene colocando un aro de goma en la base del pene para evitar que la sangre se retire.
3)Prótesis peneana
Se trata de un mecanismo que puede ser de una, dos o tres piezas y que se acciona al presionar una perilla colocada en el interior de la zona inguinal. Las ventajas de este sistema son muchas: no se ve, la impotencia se resuelve de manera permanente, la erección es muy duradera (tanto tiempo como se desee), permite una mayor espontaneidad en cuanto al momento de mantener una relación sexual, no interfiere con la eyaculación o el orgasmo de la mujer, y además no falla nunca. El principal inconveniente es que requiere un acto quirúrgico para su implantación y que en caso de que se produzca un fallo mecánico o que se altere la forma del pene podría ser necesario sustituirlo.