Cuando se habla de niños e higiene dental suele pensarse en los dentífricos con flúor, ya que este elemento químico es el más idóneo para la prevención de la caries. Sin embargo, debe tenerse en cuenta que es muy fácil que los niños se traguen restos de pasta de dientes e ingieran cantidades de flúor que a la larga pueden generar problemas importantes (fluorosis), ya que se acumula en los dientes y los debilita. En caso de tratarse de dientes en formación puede causar su tinción de forma irreversible.
Uso infantil de dentífricos
- De 6 meses a 2 años: lo importante es que aprendan el hábito de lavarse los dientes. Deben hacerlo dos veces al día utilizando una pasta de dientes con menos de 500 partes por millón, es decir una concentración muy baja sobre la que no hay evidencias científicas de que sea suficiente para prevenir la caries. Algunos especialistas recomiendan incluso que se haga sin pasta de dientes, es decir, cepillando con agua.
- De 2 a 6 años: el dentífrico puede contener entre 1.000 a 1.450 ppm de flúor y debe utilizarse una cantidad equivalente al tamaño de un guisante.
- Más de 6 años: cepillado de dientes dos veces al día con pasta de dientes con 1.450 ppm u una longitud de 1 a 2 centímetros.
Factores que pueden cambiar el color de los dientes
Pero el paso del tiempo establece variaciones del color de los dientes que tienden a oscurecerse y perder brillo en función de diferentes factores:
- Higiene dental deficitaria.
- Deterioro del esmalte dental (edad).
- El tipo de alimentación (café, alimentos con pigmentos).
- El tabaco.
- Exceso de flúor.
- Uso continuado de dentífricos y colutorios con clorhexidina.
- Algunos medicamentos.