La muela del juicio, cordal o tercer molar suele salir entre los 18 y 21 años de edad, generalmente causando molestias, dolor y un proceso inflamatorio inducido por el traumatismo que se produce en el proceso de masticación. La erupción de esta pieza dental también puede verse acompañada de una infección.
Lo normal es que salga una muela del juicio en los extremos de cada arcada dental, es decir un total de cuatro. Precisamente, su posición en la arcada dental hace que sea frecuente que las muelas del juicio crezcan en una posición inadecuada, incluso con un tamaño reducido o sin que llegue a romper la encía, de tal modo que sólo pueda ser visible mediante una radiografía. Esto hace que en ocasiones sea necesaria su extracción, incluso antes de que sea visible.
Mientras la muela del juicio está saliendo es muy importante extremar la higiene bucal con el fin de evitar la infección (pericoronaritis) de la encía en la parte donde se ubica el tercer molar y, al mismo tiempo, los trastornos que ésta puede causar, entre otros la aparición de caries.
Es posible que sea necesario que el odontólogo rompa la encía que se encuentra sobre la muela del juicio para facilitar la higiene y evitar la infección. Ésta puede generar unas sintomatología específica: dolor, inflamación, fiebre, mal aliento, decaimiento general, inflamación de los ganglios y dificultar la normal apertura apertura de la boca.
