Las mamas son órganos glandulares característicos de los mamíferos. En la especie humana generalmente hay dos localizados en la pared anterior del tórax. Sin embargo, en algunos casos pueden identificarse mamas supernumerarias, generalmente incompletas (sólo un vestigio de pezón) a lo largo de la línea lateral del cuerpo, hacia el abdomen.
Internamente son glándulas sudoríparas modificadas para producir leche.
La glándula mamaria consta de dos elementos fundamentales:
- Los acinos glandulares o lóbulos glandulares, donde se encuentran las células productoras de leche.
- Los ductos, un conjunto de estructuras tubulares que confluyen en canalículos (conductos más grandes) que terminan en los conductos galactóforos, dilataciones ductales a modo de reservorios situados inmediatamente después del pezón, formados por un epitelio escamoso. Estos conductos se encargan de llevar la leche desde los lóbulos glandulares hasta el pezón.
El pezón está en el centro de un área oscura llamada areola.
En la base del complejo areola-pezón, se localizan las células mioepiteliales, rodeadas de fibras musculares radiales que permiten la salida de la leche ante ciertos estímulos.
El resto del seno está compuesto por tejido conjuntivo (colágeno y elastina) y tejido adiposo (grasa), además de vasos arteriales, venosos y linfáticos y nervios.
Además, las mamas tienen también vasos linfáticos que van a unos órganos pequeños redondos, los ganglios linfáticos, que forman parte del sistema inmunitario, encargado de la defensa del organismo.
El drenaje linfático de las mamas se produce fundamentalmente a los ganglios linfáticos axilares.