El ciclismo es un deporte duro y muy exigente, que requiere mucha preparación y resistencia. Su característica principal es que para hacer que la bicicleta avance se necesita realizar un gesto muy repetitivo, como es el de pedalear, que debe estar perfectamente ajustado con la posición del cuerpo y realizado de forma muy sincronizada, ya que de lo contrario pueden aparecer lesiones más o menos graves que afectan fundamentalmente a la rodilla y el pie.
Entre ellas, las más frecuentes son las siguientes:
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Tendinitis en el aparato extensor: puede afectar a los tendones que se insertan en la parte superior de la rótula como en la inferior, siendo las más frecuentes la tendinopatía cuadricipital y la rotuliana. Estas tendinitis se suelen producir como consecuencia de una sobrecarga o estiramiento generado por el exceso entrenamiento o de competición.
Sin embargo, también hay otros factores que pueden influir en su aparición, como utilizar una altura inadecuada para el sillín, que hace que la rodilla no flexione correctamente y traslade la carga al cuádriceps. Una mala posición sobre la bicicleta (demasiado hacia delante o excesivamente encorvada), una bicicleta excesivamente grande o pequeña o la el uso de piñones demasiado grandes son factores que obligan a un mayor esfuerzo y que, por tanto, facilitan que se produzcan este tipo de lesiones.

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Patología del hueco poplíteo: éste es el hueco de la parte trasera de la rodilla y que está configurado por los músculos isquiotibiales, sóleos y gastrocnemios. Las lesiones de cualquiera de ellos se puede producir como consecuencia de una hiperextensión de la pierna a causa de una bicicleta de un tamaño inadecuado o llevar el sillín en una posición excesivamente elevada.
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Patología de los rotadores externos: estos tendones forman parte de la articulación subastragalina, situada en la parte trasera del pie, entre el astrágalo y el calcáneo. Las lesiones de estos tendones se origina al sobrecargarse al realizar el movimiento que hace subir el pedal de la bicicleta, especialmente si se colocan mal las piernas sobre los pedales.
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Tendinopatías del tendón de Aquiles: estas tendinitis pueden estar causadas por diferentes aspectos técnicos en la configuración de la bicicleta: sillín demasiado inclinado hacia delante o colocado a una altura demasiado baja, bielas muy largas o un mal ajuste de los pies sobre los pedales. Sin embargo también hay factores físicos que pueden favorecer su aparición, como tener un tendón de Aquiles corto, los pies cavos o tener una falta de simetría de ambas piernas.
Teniendo todo ello en cuenta, quienes elijan el ciclismo como deporte deberán tener en cuenta que la correcta elección de la bicicleta y su adecuada configuración en función de las propias características físicas es la mejor manera de prevenir las lesiones de rodilla y pie por la práctica de este deporte. Por supuesto, una técnica correcta también es indispensable.