Pasear, correr, hacer ejercicio físico, jugar a un deporte, competir..., son grados diferentes que favorecen circulación linfática, sanguínea, eliminación grasa o fortalecimiento y desarrollo del sistema musculoesquelético.
Acelerar con ejercicio el ritmo cardíaco significa mayor transporte de oxígeno. Y más oxígeno significa mejor rendimiento físico y mental. Ello conlleva necesidad o autorización a variar el tipo de alimentación. O necesidad de un aporte de nutrientes más preciso y de una ingesta calórica más amplia, según la regla de “comer y quemar para aumentar, mantener o adelgazar”.

Todo depende de la cantidad de grasas y de la ingesta de hidratos de carbono.
Los hidratos de carbono son los “productos estrella” de los deportistas porque son los proveedores más significativos de energía inmediata; sin embargo ello no significa que olvidemos un acondicionamiento importante de aceites, incluso grasas y sobre todo de proteínas.
Una alimentación deportiva puede ser perfectamente empleada en una alimentación convencional.
Mis recomendaciones en caso de hábito deportivo:
- Siempre. Abundante consumo de agua.
- Siempre. Abundantes hortalizas de cualquier tipo. Consumid remolacha.
- Diariamente. Alternar alimentos ricos en carbohidratos complejos e integrales (pan, cereales, arroz, pasta, legumbres, patatas). Tres frutas.
- Diariamente. Alimentos lácteos como yogures y quesos frescos o semicurados.
- Tres veces semana. Alimentos ricos en proteínas y aceites omega 3, los aceites de la flexibilidad arterial, detergentes del “colesterol malo” (LDL) y protectores articulares como son el salmón, sardinas, caballa, también muy ricos en ácidos nucleicos y nueces.
- Resto de la semana otros excelentes alimentos proteicos son pescados, huevos, pollo o pavo.Con hortalizas o pan. Aceite de oliva (2 – 4 cucharadas soperas), el aceite omega 9 por excelencia con capacidad protectora cardíaca.
- Ocasionalmente. Jamón ibérico, carne roja, quesos curados, embutidos o chocolate.
La ventajas de practicar paseo o deporte es agilizar el corazón, además de proporcionar “vida a los años”, autorización para consumir más calorías, equilibradas con la actividad física.