Los molinos de viento y los molinos de agua, fueron el primer paso industrial para moler los cereales y hacer harina. Y la harina es la materia prima de la pasta, el pan, bollería, pastelería... hasta de churros y porras.
El primer pan conocido se lo debemos a los sumerios y a los egipcios, unos 3000 años antes de nacer Jesucristo. Los egipcios tenían hornos de pan y más de 50 diferentes clases con sabores y especias diferentes.

En España hubo un tiempo en que el pan se dividía en dos grupos: "blanco y negro". Pan blanco, hecho con harina refinada de trigo, era reservado para los ricos de las ciudades y de los pueblos. El pan negro, mezcla de trigo sin refinar (integral) y de centeno o el amarillento pan de maíz, lo utilizaban los pobres de los pueblos y las ciudades, muchas veces único alimento con agua, aceite y tocino.
Sin embargo, el pan de pueblo comenzó a ser un atractivo emblema de la imaginación: agua, harina integral, levadura, formas y sabores diversos, al horno y... al mercado; diferentes y frescos todos los días. Hoy día podemos asegurar que es más sano que el pan blanco. El pan, una fuente potente de energía, si no lo gastamos con actividad física y comemos bastante engorda bastante.
Cuatro extranjeros cargados de almidón llegaron a Europa con los conquistadores españoles que regresaban de América del Sur: el maíz y la patata, con sus primos hermanos, las dulces batatas y boniatos.
El maíz se desarrolló principalmente en Galicia y dio lugar al sabroso pan de maíz, horneado con hojas de castaño. ¡Riquísimo!
El pan de centeno es originario de Asia y es muy rico en fibra y minerales. Muy bueno contra el estreñimiento.
La patata -en principio poco aceptada- salvó muchas vidas en las épocas calamitosas de toda Europa, cuando no había pan. En los países andinos -Bolivia, por ejemplo- existen más de 400 variedades de patatas. Cocidas, asadas, fritas, en puré, chips... las patatas son una compañía extraordinaria que sustituye el pan, la pasta o el arroz.
Un alimento tan nutritivo no pasó inadvertido -doscientos años más tarde de que los españoles lo trajeran a Europa- a un gran personaje: El "Rey Sol" Luis XIV de Francia, que incluso se paseaba con una flor de patata en la solapa de sus casacas.