La aplicación del frío es un recurso tan antiguo como la práctica del deporte. Ya Hipócrates utilizaba el agua fría y la nieve para el tratamiento de las hemorragias, el dolor y la inflamación. En la actualidad, su aplicación está muy generalizada tanto en el uso doméstico como por los médicos deportivos, ya que es fácil de usar, tiene beneficios a corto plazo y es poco costosa.
Según Carlos Díez, director de los Servicios Médicos Sanitas - Real Madrid, entre los fines terapéuticos de la crioterapia se encuentran “la disminución de la temperatura corporal y la inflamación, así como sus posibles efectos beneficiosos sobre la circulación, porque al tratarse de un vasoconstrictor, favorece la reducción del dolor y colabora en la aceleración del proceso de recuperación en caso de lesión”.
No sólo los deportistas sufren golpes y contusiones, sino que cualquier persona, al sufrir algún percance de este tipo, puede utilizar la crioterapia de manera fácil y cómoda. Sólo es necesario aplicar agua fría, una bolsa de hielo, un paño húmedo, un gel o un spray de frío sobre la zona dañada.
En medicina deportiva, sus efectos están más que comprobados científicamente. Funciona como analgésico y anestésico, y es un potente antiinflamatorio, ya que disminuye la llegada de sangre a la zona dañada, por lo que es de gran utilidad en casos de esguinces, inflamaciones y contusiones.
El método RICE para uso doméstico
Julio de la Morena, médico del Real Madrid C, recomienda, ante una lesión aguda para uso doméstico, el método anglosajón RICE (Rest, Ice, Compression and Elevation), es decir, reposo con hielo, con presión y en elevación. Avalado por el British Journal of Sports Medicine, este método consiste en colocar sobre la piel alguna protección, como un paño o una venda húmeda y aplicar encima una bolsa de hielo durante 10 minutos, descansar otros 10, aplicar otros 10 minutos, y 2 horas después volver a repetir este procedimiento, así durante las primeras 72 horas.