Últimas técnicas de gran precisión y seguridad.
La intervención no requiere anestesia general ni hospitalización.
Procedimiento indoloro y de rápida recuperación.
La cirugía de cataratas es la intervención más practicada en la especialidad oftalmológica, siendo el procedimiento con mayor impacto en la calidad de vida del paciente. Gracias a esta sencilla operación los pacientes recuperan la vista que habían perdido gradualmente debido a las cataratas en los ojos, además de tratar otros problemas asociados, como la vista cansada, la miopía, la hipermetropía y/o el astigmatismo.
Como en cualquier cirugía, la consulta previa de valoración es fundamental. Durante la misma, realizamos un completo estudio ocular compuesto por diversas pruebas optométricas y oftalmológicas con el objetivo de valorar el grado de opacidad del cristalino para determinar si el paciente cumple con los requisitos para la cirugía y el tipo de procedimiento que necesita.
El día anterior a la cirugía de cataratas, el paciente deberá administrarse en el ojo que ha de ser intervenido, unas gotas de colirio que reducirá las reacciones inflamatorias propias de la intervención, y un colirio antibiótico.
La intervención comienza con la aplicación de un colirio anestésico (gotas) y con la inmovilización de los párpados del paciente para evitar el parpadeo.
El postoperatorio es totalmente indoloro y muy rápido con ambas técnicas, al día siguiente de la intervención el paciente puede comenzar a hacer su vida normal (andar, leer, escribir y ver la TV) teniendo unos cuidados básicos: no restregarse ni maquillarse el ojo operado, no levantar objetos pesados, ni conducir.
Tras la operación de cataratas con láser femtosegundo, o la operación de cataratas con facoemulsificación, te daremos más recomendaciones, necesarias para tener una recuperación óptima.
Tras la cirugía de cataratas, la visión vuelve a ser totalmente normal y nítida. En la misma intervención también se puede corregir cualquier problema refractivo del paciente, como la miopía, la hipermetropía, el astigmatismo y la vista cansada (presbicia).
Las soluciones que Sanitas ofrece para rejuvenecer la visión, están dirigidas a personas que tienen cataratas debido a las siguientes causas:
El cristalino del ojo normalmente es transparente y actúa como una lente en una cámara, enfocando la luz a medida que ésta pasa hasta la parte posterior del ojo. Hasta los 45 años de edad aproximadamente, la forma del cristalino es capaz de cambiar. Esto permite que el cristalino enfoque sobre un objeto, ya sea que esté cerca o lejos. A medida que una persona envejece, las proteínas en el cristalino comienzan a descomponerse y se torna opaco: lo que el ojo ve puede aparecer borroso. Esta afección es lo que se conoce como cataratas en los ojos.
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En un primer momento, cuando la catarata empieza a formarse, se nota una ligera mancha blanca en la visión. Asimismo, las luces pueden causar más deslumbramiento del habitual. A medida que la catarata crece, la visión se hace más borrosa, dificultando progresivamente la realización de las actividades habituales de lectura o trabajo.
Las cataratas aparecen normalmente una vez superados los 60 años. Pero existen casos de pacientes diagnosticados de cataratas a los 50 años. La catarata es más frecuente en pacientes miopes, sobre todo en miopes con alta graduación que pueden tener cataratas en edades más tempranas.
Es la pérdida de transparencia del cristalino, una de las lentes que forma parte del sistema óptico del ojo. La más frecuente es la catarata senil, aunque la catarata puede manifestarse por otros motivos.
Es posible corregir las cataratas y la presbicia en una misma intervención, e incluso cualquier tipo de ametropía mediante la intervención quirúrgica sobre el cristalino con el láser femtosegundo. Se trata de un cirugía refractiva para eliminar el defecto mediante la extirpación de la catarata (o incluso del cristalino transparente), y el implante de una lente intraocular (LIO) Premium: multifocal, tórica o acomodativa. El paciente podrá incluso prescindir de todo tipo de gafas.
Actualmente, la facoemulsificación es uno de los métodos para el tratamiento definitivo de las cataratas. Este procedimiento consiste en la utilización de ultrasonidos, que no es un láser, para disolver y extraer el cristalino deteriorado y sustituirlo por una lente intraocular artificial que hace su misma función, que dura toda la vida y no pierde transparencia. La facoemulsificación permite intervenir al paciente cuando las cataratas son incipientes. Es más, el procedimiento es más sencillo si las cataratas no están formadas del todo. Debemos desterrar esa idea de que para operarnos es mejor que la catarata esté madura. Este procedimiento es totalmente inocuo. El láser de femtosegundo lo que permite es una mayor precisión de la técnica y en el implante de las lentes intraoculares.
Es una técnica que nada tiene ver con el corte mecánico con bisturí que necesitaba presionar mucho el ojo. El procedimiento es más preciso utilizando el Láser Femtosegundo, y los riesgos son bastante menores, ya que no crea irregularidades o cortes incompletos en la córnea al realizarse todo de forma automatizada y personalizada y finalmente no requiere de suturas en la córnea.
Normalmente no se operan ambos ojos en la misma sesión quirúrgica. Aunque la posibilidad de complicaciones es mínima, al tratarse de una cirugía intraocular no recomendamos intervenir ambos ojos a la vez.
La técnica de la facoemulsificación unido al uso del láser femtosegundo no es dolorosa ni durante ni después de la intervención. La mayoría de los pacientes únicamente refieren una pequeña sensación de presión durante la operación y un ligero escozor en las horas siguientes a la misma.
Las cirugías de cataratas con Sanitas son ambulatorias. El ojo que será operado de cataratas recibirá una anestesia tópica, mediante el empleo de gotas anestésicas, sin pinchazos e inyección en el ojo. Tras la intervención, el paciente vuelve a casa por su propio pie con el ojo destapado.
Con carácter general, la cirugía de cataratas se realiza de forma bilateral sucesiva, es decir, se opera un ojo y entre cuatro y siete días después, el segundo. Una semana después de la segunda intervención, el paciente puede retomar su actividad normal, manteniendo la precaución de no tocarse ni frotarse el ojo sobre todo durante el mes. Las tres semanas siguientes a la cirugía, se mantendrá un tratamiento con colirios oculares, antiinflamatorios y antibióticos.
Con la sustitución del cristalino afectado por las cataratas por una lente intraocular que no puede opacificarse resulta imposible la nueva aparición de la dolencia.
Una vez operado y tras la revisión postoperatoria el paciente podrá viajar en cualquier medio de transporte. De forma excepcional y si el paciente precisa de algún tratamiento especial que pudiera afectar a esta situación sería informado del mismo por su oftalmólogo.
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