El recién nacido comenzará a hacer deposiciones en el primer día de vida. Estas deposiciones tienen unas características especiales y se denominan meconio: son negras, pegajosas y de consistencia blanda. Por este motivo, algunas personas las denominan “la pez”.
Si durante las fases finales del embarazo o durante el parto hay sufrimiento fetal pueden liberarse heces que manchan el líquido amniótico y sirven de señal.
La apariencia de estas heces es así debido a que el intestino del recién nacido no se mueve durante el embarazo, con lo cual se produce un acumulo de bilis que al oxidarse le dan ese aspecto tan característico. De estas deposiciones el recién nacido hará entre una y 7-8 al día, durante 2-3 días, para luego pasar a las denominadas heces de transición, que son verdosas, oscuras y semilíquidas. También duran de 2-3 días, para pasar a las deposiciones normales, que, en caso de que la madre le dé el pecho, será amarillas, color oro viejo y semilíquidas.
De tomar biberones, tendrán una coloración amarilla pálida y verdosa y su consistencia más dura.
Es importante confirmar que las deposiciones se producen en cantidad y calidad adecuada. Si no aparecieran, o cambiaran en su color o textura podría ser un signo indicativo de algún problema médico que afecta al aparato digestivo del recién nacido.