Técnica con mayor precisión y seguridad.
Duración más reducida de la intervención.
Recuperación más rápida a la vida cotidiana.
Cuando se produce una obstrucción de los uréteres (que son unos tubos que conducen la orina desde los riñones hasta la próstata), esto puede afectar a todo el sistema urinario.
Dependiendo de la causa exacta de la obstrucción, el especialista posee una gran variedad de opciones de tratamiento: medicación (fundamentalmente para los primeros síntomas), implantación de un catéter que permita el drenaje de la orina, implantación de un stent (tubo hueco) para mantener el uréter abierto o implantar un tubo que pase a través de la parte baja de la espalda para poder drenar la orina directamente desde el riñón.
En casos más avanzados de la patología, la opción terapéutica recomendada es la cirugía. Esta cirugía es denominada Pieloplastia, cuyo objetivo es la reconstrucción del uréter y la pelvis renal para eliminar la obstrucción y conseguir un flujo normal de la orina a través del tracto urinario.
Dentro de esta opción existen varias técnicas a considerar:
La cirugía abierta tradicional, que requiere realizar una amplia incisión que suele implicar una pérdida importante de sangre y una lenta recuperación.
La cirugía robótica avanzada, que se apoya en una tecnología de alto nivel para realizar procedimientos complejos a partir de pequeñas incisiones, por lo que se configura como la opción menos invasiva y de mayor precisión en la actualidad.
La obstrucción del tracto urinario es una patología más común en niños que en adultos, especialmente en recién nacidos. Esta obstrucción puede aparecer desde el parto, pero también con posterioridad por enfermedad o lesión.
Sus principales síntomas son: sangrado urinario, dolor lateral y de espalda, un bulto en el abdomen, infecciones en el riñón o en el tracto urinario y también el reducido crecimiento de estatura infantil y los vómitos.
No obstante, es necesario que el paciente consulte con el especialista todas las opciones de tratamiento disponibles para su caso concreto, así como sus riesgos y beneficios, y será el propio especialista quién determine la idoneidad de la cirugía con la utilización del robot Da Vinci.
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Si, es una intervención quirúrgica que requiere anestesia general.
No, además de esta patología existen otras de la especialidad de ginecología y de otras especialidades operables con el sistema quirúrgico Da Vinci. Algunas de las más frecuentes por especialidad son:
Cuando el paciente acuda a la primera consulta de valoración deberá aportar todas pruebas que previamente su oncólogo o el doctor de la especialidad que le diagnosticó su patología (urólogo, ginecólogo u otorrino) le hubiera determinado realizar durante el proceso diagnóstico (analíticas, ecografías, TAC…) para que el especialista en la consulta pueda analizarlas y valorarlas. En caso de que el doctor requiriera alguna prueba adicional se la solicitara al paciente en función de su caso específico.
Si, esta intervención requiere de ingreso hospitalario que dependerá de la patología y de la evolución específica de cada paciente.
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