Los análisis clínicos son la prueba que se realiza con mayor frecuencia con fines diagnósticos y también para conocer la evolución del paciente ante una determinada enfermedad. Pueden ser de muchos tipos (sangre, orina, esputos, heces), ya sean generales o específicos ante la sospecha de una enfermedad concreta. No obstante, también se recomienda hacer una analítica completa de forma rutinaria y periódica con el fin de identificar determinadas patologías crónicas de forma precoz.

Patologías

• Factores de riesgo cardiovascular: La hipercolesterolemia y la diabetes se detectan con facilidad en los análisis clínicos rutinarias. Son patologías frecuentes a partir de los 45-50 años que suponen un riesgo más elevado de sufrir enfermedades y accidentes cardiovasculares.
• Infecciones: La alteración de la composición celular de la sangre (neutrófilos, linfocitos, monocitos o eosófilos) puede determinar la existencia de una infección bacteriana, vírica. En ocasiones será necesario un cultivo para identificar el agente patógeno.
• Trastornos hepáticos: Hay diferentes patologías que afectan al funcionamiento del hígado, unas infecciosas, como la hepatitis, y otras funcionales, como el hígado graso, el cáncer hepático o la cirrosis, entre otras.
• Enfermedades renales: Se pueden detectar con análisis de sangre y orina para determinar que la función de los riñones no se realiza correctamente. Pueden ser infecciones, quistes, presencia de piedras, cáncer o una enfermedad crónica.
• Cáncer: Algunos tipos de cáncer se pueden diagnosticar a partir de análisis clínicos rutinarios o específicos. De hecho, en los análisis que se realizan a partir de ciertas edades se incluyen marcadores tumorales.
• Insuficiencia respiratoria: Una baja concentración de oxígeno en la sangre puede ser un signo de que existe una insuficiencia respiratoria causada por algún tipo de enfermedad respiratoria, como es el caso de la EPOC, o por el tabaquismo, entre otras causas.
    

Pruebas diagnósticas

Además de las analíticas rutinarias de sangre o de orina el médico puede indicar la realización de análisis clínicos más específicos para confirmar o descartar una sospecha diagnóstica. Hay diferentes tipos de análisis clínicos, según las funciones del organismo o los órganos que se desea explorar:

• Hemograma: Es muy útil en el diagnóstico de diferentes enfermedades y también para evaluar la evolución del paciente y la respuesta al tratamiento. Mide con precisión la concentración de los diferentes tipos celulares de la sangre y permite identificar con precisión distintos tipos de patologías: anemia, leucemia, linfoma, etc.
• Perfil lipídico: Se realiza cuando el colesterol total de un análisis general se muestra elevado, con el fin de establecer la proporción de HDL y LDL
• Perfil hepático: Es un análisis de sangre diseñado que permite evaluar el funcionamiento del hígado. Se utiliza ante la sospecha de una enfermedad hepática o en pacientes que están siendo tratados con medicamentos que tienen un riesgo de toxicidad hepática.
• Perfil renal: Evalúa la función renal midiendo sustancias como la creatinina o la urea. En el caso de pacientes con enfermedad renal crónica aporta al médico datos importantes sobre la evolución de la misma y la respuesta al tratamiento.
• Perfil tiroideo: Se realiza para valorar el funcionamiento de la glándula tiroides y confirmar o descartar un diagnóstico de hiper o hipotirodismo.
• Heces: Se realiza ante la sospecha de una infección bacteriana o parasitaria o de infecciones intestinales como la enfermedad de Chron o la colitis ulcerosa. También se hace de forma rutinaria a partir de los 45 años para el diagnóstico precoz de cáncer digestivo.
    

En los Centros Médicos Milenium de Sanitas se realizan los diferentes análisis clínicos que puede indicar el Médico de Familia o el especialista, de tal modo que éstos podrán disponer de los resultados en un tiempo óptimo para realizar el diagnóstico o valorar la evolución de tu enfermedad y la respuesta al tratamiento.